¿Quién es Jesús para ti?Muestra
Jesús es el sacrificio por mis pecados
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Al inicio de su ministerio, Juan el Bautista entendió quién era Jesús. Juan entendió que Jesús vino a esta tierra como el Cordero de Dios, a morir en una cruz y quitar el pecado del mundo. Este simple título, Cordero de Dios, tiene un trasfondo muy rico en el Antiguo Testamento.
En Génesis 22, Isaac pregunta a su padre Abraham, ¿Dónde está el cordero para el sacrificio? Abraham, conociendo que Isaac sería sacrificado, simplemente replicó, Dios se proveerá. Poco sabía Abraham que Dios proveería el cordero para el sacrificio para salvar a Isaac y que los dos, Isaac y el cordero sacrificado, predecirían al Cordero de Dios, quien algún día moriría por nuestros pecados.
En Éxodo 12, vemos que se vivió la Pascua en Egipto, cuando la sangre de los corderos fue esparcida en los dinteles de las puertas de las casas israelitas para que sus primogénitos no murieran. La sangre de esos corderos nuevamente apuntaba a la sangre derramada por el futuro Cordero de Dios. Dios pasa por encima de nuestros pecados porque él ve la sangre de Jesús derramada por nosotros.
En Éxodo 29, leemos que cada mañana y cada noche, se sacrifica un cordero como una ofrenda. Cada uno de esos corderos, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, década tras década, siglo tras siglo, cada uno de estos corderos apuntaba al Cordero de Dios quien vendría algún día y sería el sacrificio perfecto.
En Isaías 53, vemos que el siervo sufriente sería como el cordero llevado al matadero. Este es, por supuesto, un cuadro de Jesucristo, el Cordero de Dios quien, de hecho, sería muerto por nosotros.
Con todo este rico trasfondo en su mente, así como su conocimiento de todo el sistema sacrificial del Antiguo Testamento, Juan dice cuando ve a Jesús, «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Jesús es el cumplimiento de todos estos innumerables sacrificios por el pecado. La muerte de Jesús en la cruz no fue un error ni un accidente, al contrario, fue el propósito de la venida de Jesús. Él murió como sustituto. Él murió como un sustituto para expiar o pagar los pecados tuyos y míos. Todo nuestro pecado fue colocado en Jesús en la cruz, y él pagó por ese pecado. Todo lo que nosotros hacemos es recibir el increíble y extravagante regalo del perdón, al confiar en Cristo como nuestro salvador.
No es de extrañar que la historia bíblica viene en un incremento en Apocalipsis 5, cuando toda la creación cante a Jesús: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza».
Juan tenía la óptica correcta: Jesús es el Cordero de Dios quien quita el pecado del mundo.
Acerca de este Plan
Jesús es la persona más importante que ha caminado en la tierra. Él se proclamó a sí mismo de muchas maneras diferentes, dejándonos saber su carácter, su naturaleza y su propósito. El apóstol Juan, quien estuvo muy cercano a él, registró en su evangelio algunas verdades acerca de nuestro Salvador. Estudiemos algunas de ellas.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Wells y a El Centro Network por proveer este plan. Para mayor información, por favor visite http://www.jeffhwells.com y http://elcentronetwork.com