La Muerte No Tiene La Última PalabraMuestra

Dios es paciente

Cuando la suegra de Rut, Noemí, perdió a su esposo y a sus dos hijos, ella le dijo a las personas de su pueblo: ≪No me llaméis Noemí [placentera] sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso≫ (Rut 1:20-21).

Noemí respondió a la situación al igual que muchas personas. Ella estaba herida y molesta. Pensaba: "¿Cómo un Dios amoroso puede hacerme esto?" Pese a su enojo, Dios no la abandonó. No, Él permaneció pacientemente siendo fiel, y eventualmente proveyó un redentor para ella y Rut: Booz.

En esta corta historia vemos cómo Dios nos provee fielmente, incluso en tiempos de pérdida. Rut y Noemí tenían razones para hacer duelo, ambas habían perdido a sus esposos y Noemí había perdido a su hijo; pero esta vez, Dios las unió para que se fortalecieran. Cuando Noemí instó a Rut a rehacer su vida, Rut le respondió demostrando su lealtad hacia ella: ≪No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios≫.

A través de su pérdida, Dios las unió para que volvieran a su hogar, lo cual les llevó a conocer a Booz, quien posteriormente las redimió y proveyó para ellas. La historia comenzó con una Noemí molesta con Dios, pero terminó con ella alabando a Dios.

Mientras lees estos pasajes, piensa cómo Dios ha provisto para ti en medio de tu dolor. ¿Cómo Dios se ha mantenido fiel contigo a pesar de que has tenido momentos de enojo y amargura, al igual que Noemí?