Soltero, listo para relacionarseMuestra
Quiero que te fijes en que Dios no trajo a Eva a Adán y le dijo: "Esta es tu esposa". Le presentó a Eva a Adán, completamente desnuda. Adán fue el que dijo, "wow". Miró a Eva y dijo algo que parecía una frase de conquista: "Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne". Eva comenzó a sonrojarse y, ¡boom! Ya estaban casados.
En ninguna parte del Génesis vemos que Dios le traiga a Adán una esposa; en cambio, le presenta una mujer. Adán la elige para que sea su esposa. Ahora bien, Adán la tenía fácil. En primer lugar, no había otras opciones y, en segundo lugar, ¡la mujer llegó desnuda! Sin embargo, miles de años después, las cosas han cambiado un poco. Pero un principio que permanece es que Dios presenta, nosotros elegimos.
Un ángel se presentó ante José para decirle que María debía ser su esposa, porque María estaba embarazada fuera del matrimonio y afirmaba que el Espíritu Santo la había hecho quedar embarazada. Imagínate lo ridículo que pudo sonar eso. Por eso tuvo que intervenir un ángel para ayudar a José a creerle a María. Hay personas que esperan que Dios les dé un sueño sobrenatural, una visita angelical o una confirmación profética sobre la persona con la que deben casarse. Esas cosas no están mal, pero la mayoría de las personas nunca recibirán esas señales espirituales y, francamente, no las necesitan.
Yo mismo luché con esto. Quería una señal sobrenatural de Dios que me ayudara a decidir con quién casarme. Escuché historias románticas de personas que tuvieron este tipo de confirmaciones espirituales. Yo estaba en el ministerio. Queria tener la misma historia por algunas razones, pero estas no eran correctas.
La primera razón era que quería tener una historia genial, sobrenatural y romántica para compartirla con los demás e impresionarlos acerca de lo espiritual que era. Estoy siendo totalmente honesto aquí. Me gustaba Lana y la quería. Ella era compatible conmigo. Había una luz verde en mi corazón, pero quería que el Hombre de arriba me diera una gran aprobación mediante una visita angelical, una confirmación profética o, al menos, un sueño en la noche.
La segunda razón para querer una gran señal de Dios era que pensaba que si Dios decía desde el cielo que ella era la elegida, mi matrimonio sería mágico, como el cielo en la tierra. En otras palabras, no tendría que cambiar ni lidiar con mis problemas. Pensé que si tenía una señal de Dios, mi matrimonio sería tranquilo, perfecto y sin desafíos. Muy pronto comprendí que un matrimonio así es un cuento de hadas. Sí, tu matrimonio puede estar hecho en el cielo, pero los rayos y truenos también se hacen allí. Aprendí que no importa con quién te cases (mientras sea una persona que esté en Cristo, por supuesto), vas a tener que cambiar, y un buen matrimonio requiere trabajo. Amar a tu esposa como Cristo ama a la iglesia, o someterte a tu esposo, no será algo que te salga natural. El Espíritu Santo será necesario para ayudarte con eso.
La tercera razón para querer una gran señal sobrenatural era porque estaba indeciso. Tenía miedo de tomar la decisión equivocada y quería que Dios tomara esa decisión por mí. Pero en la raíz de todo ese miedo estaba la inmadurez. Sabía que esta decisión sería hasta la muerte, era algo serio. Esperaba que mis padres, el pastor o un profeta tomaran esa decisión por mí. Si las cosas no funcionaban, tendría a alguien a quien culpar en lugar de asumir la responsabilidad de mis actos. Nací varón, pero tuve que convertirme en hombre. Ser varón es una cuestión de nacimiento, ser hombre es una cuestión de elección. Es una parte del proceso de hacerse maduro, asertivo, capaz de asumir responsabilidades y de tomar decisiones.
¡Recuerda, Dios presenta, nosotros elegimos!
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Escrituras
Acerca de este Plan
Las citas y el matrimonio son probablemente los temas más comentados entre los jóvenes e incluso los adultos. Tiene sentido, ya que elegir un cónyuge es la segunda decisión más importante que tomarás en tu vida, después de tu decisión de seguir a Cristo. En este Plan de lectura, descubrirás cómo tener citas a la manera de Dios y aprenderás algunos principios clave sobre las relaciones exitosas.
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