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El Evangelio A Través De Los Ojos De Pedro – Marcos 7–9Muestra

El Evangelio A Través De Los Ojos De Pedro – Marcos 7–9

DÍA 7 DE 7

  

Día 7 — El más importante

Texto: Marcos 9:30–37

Reflexiona:

«Si alguno de ustedes quiere ser el más importante, deberá ocupar el último lugar y ser el servidor de todos los demás».

Piensa:

Hace un tiempo en donde vivía hubo una huelga de los trabajadores de servicios públicos (los que realizan limpieza y recogen la basura de la ciudad). Nadie creyó que lograran sus demandas e incluso pensaron que regresarían a pedir disculpas por suspender sus labores. Me tocó escuchar comentarios como: «Pero si nada más recogen basura, que tan complicado es», «Que los despidan por flojos», «Eso les pasa por no estudiar». La gente no tomó en serio su huelga hasta que después de tres días la basura empezó a acumularse en sus puertas, los restaurantes, ya no tenían donde meter los desperdicios diarios, los vertederos de los mercados apestaban insoportablemente, y entonces el alcalde decidió abrir una mesa de diálogo para llegar a un acuerdo. Fue una gran lección para todos, no es más importante el que está al mando, porque sin las personas que están a su servicio no pueden hacer nada.

Normalmente no estamos acostumbrados a valorar el trabajo de las personas que prestan un servicio, tendemos a darle mayor importancia al abogado que a su secretaria, al dueño de un restaurante que a quienes sirven la comida, y así por el estilo. Hoy Jesús nos recuerda que el verdadero valor de una persona está en qué tanto está dispuesta a servir, no a mandar.

Y en la vida espiritual no debemos perder de vista este enfoque, no debemos buscar la posición de mayor rango en la línea de mando, sino preocuparnos de que desde cualquier posición que tengamos buscar siempre la forma de ser útiles, cumplir con nuestras responsabilidades y encontrar siempre la manera de ayudar a otros.

Que diferente sería si todos aprendiéramos a buscar la colaboración en lugar del propio éxito y reconocimiento. Solo cuando seamos capaces de dejar de lado nuestro ego y ayudarnos unos a otros, podremos avanzar hacia una sociedad más justa y una Iglesia que ejemplifique mejor las enseñanzas de Jesús.

Dialoga:

Señor Jesús, dame la gracia de buscar siempre la forma de ayudar a mis hermanos, para que conozcan tu Palabra no por lo que digo sino por el ejemplo de una vida de servicio como la tuya. Que sepa ser el primero, no por importancia, sino por mi disposición para servir.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, hazme un servidor dispuesto»

Recalculando:

Para redireccionar tu vida, te invito a que, en alguna comunidad, realices algún trabajo muy sencillo. Algo que no estés acostumbrado a hacer, pero que podría hacer contigo una gran diferencia. Puede ser una tarea de limpieza, o ayudar a alguien que está haciendo un trabajo humilde. Verás cómo con pequeñas acciones tu vida se va redireccionando a lo que Jesús te invita.

Día 6