Volviendo al hogar: un estudio sobre el hijo pródigoMuestra

En cada una de Sus enseñanzas, Jesús estaba consciente de quién era Su audiencia y de cómo se veían a sí mismos. Era un experto al comunicarse, cautivaba a las multitudes con sus historias, los desafiaba a ver el mundo de modo diferente al que lo veían hasta entonces.

Jesús nunca pretendió terminar Su historia con el hijo menor retornando a casa como muchos lo esperaban. Él tenía en mente un final alternativo que causaría que los fariseos dieran una mirada honesta a su actitud hacia los demás.

En el versículo 25, vemos que el hijo mayor confronta a su padre enojado porque su hermano menor es celebrado y bienvenido a casa a pesar de sus malas decisiones. Casi podrías escuchar el reclamo de sus derechos en su voz. El hermano mayor esencialmente está diciendo: "siempre lo he hecho todo bien. Merezco ser alabado, me lo he ganado".

Tal como los fariseos en los días de Jesús, muchas personas creen tener el mismo derecho. Muchos creemos que todo lo hemos hecho bien, que hemos seguido todas las reglas correctas, que he sido "buen" cristiano. Creemos que hemos adquirido el derecho de cobrar eso y hacer que Dios nos dé lo que nos debe.

Pero Pablo audazmente nos recuerda en Romanos 3:23-24 que estamos privados de la gloria de Dios. Este es un concepto clave que a los fariseos, y a muchos de nosotros, se nos escapa al comprender a Jesús.

Cristo no vino a salvar a los malos y a premiar a los buenos. Ya sea que hayamos recibido la provisión de Dios y nos hayamos adueñado de ella, como el hijo menor; o que asistamos a la iglesia toda nuestra vida para impresionar a Dios con nuestro buen comportamiento, estamos privados de la bondad de Dios. Todos estamos en la necesidad de ser salvados. A Dios gracias, Jesús ya ha dado la salvación.

Sin importar dónde has estado, o lo que has hecho en la vida, Jesús te mira con inmenso amor. Él es el Dios que corre gozosamente hacia ti, te envuelve en sus brazos en un cálido abrazo, y te dice que eres Su hijo amado al darte la bienvenida a casa

Considera:
¿Qué cosas has hecho en tu esfuerzo de merecer el derecho de ser llamado un hijo de Dios?

Aplica:
Mira la última entrega de la película Volviendo al hogar y analiza de qué manera has actuado como el hijo mayor en tu relación con Dios.