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Él Nos Dio Profetas: "La Labor de un Profeta"Muestra

Él Nos Dio Profetas: "La Labor de un Profeta"

DÍA 3 DE 7

Profetas como Vigilantes y Mensajeros: Ezequiel 3:17, Hageo 1:13

Otro término ocasionalmente usado para los profetas es la palabra Hebrea “shomer”, o un “vigilante”, uno que está en guardia. Esta metáfora compara a los profetas con el servicio normal de un vigilante en el antiguo Israel. Las ciudades en el mundo antiguo tenían centinelas que examinaban el horizonte por visitantes esperados o inesperados. Los Profetas hacían lo mismo, vigilando a los enemigos y esperando la aproximación de Dios en bendiciones y en juicio. Por ejemplo, en Ezequiel capítulo 3, versículo 17, Dios habla al profeta Ezequiel de esta manera: 

Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel: oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 

En los tiempos bíblicos, la advertencia del acercamiento de los enemigos o la visita de un amigo era importante para los asuntos de una ciudad. Dios reveló que Sus profetas frecuentemente permanecían alertas al castigo inminente y a las bendiciones que se aproximaban, de tal manera que la gente tuviera oportunidad para prepararse. Los profetas veían lo que estaba viniendo en sueños y visiones y después se dirigían a la gente y anunciaban lo que había en el horizonte.

También se les designaba a los profetas ocasionalmente por la palabra Hebrea “malak”, que quiere decir “mensajero.” En el mundo antiguo del Antiguo Testamento no había teléfonos, no había correo electrónico, ni habían televisores; la única forma de comunicarse a larga distancia era por medio de los mensajeros. Cuando los mensajeros recibían un comunicado de una persona, frecuentemente un rey o un general militar, ellos llevaban ese mensaje a sus receptores. Con mucha frecuencia se usaban mensajeros cuando había urgencia en comunicarse. El Antiguo Testamento designa a los profetas con este término porque ellos recibían mensajes de Dios y llevaban esas comunicaciones urgentes al pueblo de Dios. Por ejemplo, cuando los de Judá regresaron a Jerusalén del exilio Babilónico, hubo un tremendo desánimo. Así que, el Señor llamó a Hageo, el profeta, y lo envió con un mensaje. Por esta razón, Hageo capítulo 1, en el versículo 13, habla del profeta en esta manera: 

Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: ‘Yo estoy con vosotros’, dice Jehová.

La designación de un mensajero hace claro que los profetas no llevaban sus propias ideas al pueblo de Dios. Por el contrario, ellos servían como enviados de Yahweh y hablaban de parte de Dios.

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