El camino a seguirMuestra

Es el anuncio amoroso de cómo es Dios cuando decide salvar.

Viene como un Rey poderoso, viene cuidándonos, y nos cuida como un pastor amoroso que lleva a las ovejas cansadas y recién paridas, con cuidado y alza en sus brazos a los corderitos. Ese es el Dios en que creíste, pero a veces vivimos creyendo que estamos solos y que las batallas de la vida las peleamos nosotros; por eso hay tanta injusticia en esta tierra, porque juzgamos y desechamos con nuestra corta visión.

Estamos muy equivocados, Dios pelea por nosotros, Dios nos cuida, nos atiende, nos escucha, nos lleva en sus brazos. Somos nosotros quienes tratamos de salir de sus brazos, somos nosotros quienes tratamos de dar la impresión de que estamos solos en esta tierra y que si no peleamos la maldad crece.

Pero hoy te recuerdo, estimado lector o lectora, que no es así. El Dios en que hemos creído no necesita que lo defendamos, no necesita que peleemos por Él. Lo que necesita es que lo amemos, le obedezcamos, que estemos quietos en sus brazos porque nos guía con suavidad.

Déjese amar por Dios.