[Serie ¡Qué dicha!] Humildad y justiciaMuestra
Limpia sus zapatos
Consideremos la posibilidad de que otra persona limpie sus zapatos sin que se lo pidas. Y que tú limpies los zapatos de otra persona voluntariamente. ¿Cómo te sientes al limpiar los zapatos de otra persona? ¿Tienen algún olor? ¿Suciedad? ¿Cómo te sientes que alguien más limpie tus zapatos? Esto suele gustarnos, que nos limpien los zapatos, tal vez no tanto tener que limpiar los zapatos de otros. ¿Quién es aparentemente más importante: la persona que limpia los zapatos o la persona dueña de los zapatos? El concepto que tengamos al respecto determina cómo nos sentimos. ¿Cuál de ellos preferirías ser tú?
Un día Jesús sorprendió a sus discípulos y les lavó los pies. No sus zapatos, pero sí sus pies. Ellos vivían en un territorio muy caluroso, por lo que las personas utilizaban sandalias y el polvo del camino les terminaba cubriendo los pies. Muchas casas tenían un sirviente encargado de lavar los pies de los visitantes. Eso fue lo que Jesús hizo con sus discípulos.
Pedro, sin embargo, no lo vio con buenos ojos. Jesús era su Señor, su Maestro, ¿por qué habría de humillarse, inclinándose como un sirviente? Pero Jesús no solo les dijo sino que les enseñó que él siendo el Maestro y Señor, les lavaba los pies como un ejemplo de humildad y de mostrar cómo se deben tratar unos a otros. Siendo el Hijo de Dios, no dudó en mostrar humildad en un acto que era delegado a sirvientes. ¿Imitarías a Jesús en la humildad ante diferentes situaciones?
Hemos considerado los versículos 3 al 4 al comienzo de Mateo 5 en el primer plan devocional de esta serie ¡Qué dicha! Un espíritu diferente, donde Jesús nos explica lo que significa ser verdaderamente feliz. Recordemos que dijo que los de espíritu de pobres son dichosos; y luego que los que sufren son dichosos. Ahora Jesús hace una tercera afirmación: Dichosos los humildes («mansos» en algunas traducciones).
¿Qué significa ser humilde o manso? Muchas partes de la Biblia también hablan sobre el valor de la humildad. Leemos, por ejemplo, en Salmos, que para los humildes hay cosas muy buenas. Pero, Jesús no solo habló sobre la humildad, sino que la puso en práctica. Él mismo dijo que debíamos aprender de él, porque su corazón es humilde y es paciente. Sus acciones seguían sus enseñanzas, y eso le daba autoridad.
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Acerca de este Plan
Este plan devocional es parte de la serie ¡Qué dicha!, de American Bible Society, que se enfoca en el estudio de las bienaventuranzas, parte importante del Sermón del Monte; con un enfoque práctico y vivencial para la persona y la familia. Este plan abarca las bienaventuranzas: humildad y justicia.
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.americanbible.org