INDESTRUCTIBLEMuestra

¡Una guerra ganada!

Cada día parecería que nos preparamos para enfrentar una guerra; muchas veces nos sentimos “desarmados” por los problemas, nos agobian las “granadas” de la frustración y nos sentimos abatidos debido a los golpes del rechazo, problemas en casa, en el trabajo o universidad. ¡Estamos en guerra! O en un conflicto que es lo mismo, donde hay heridos y sobrevivientes; pero la pregunta es ¿cómo enfrentas los combates a diario? 

La Biblia nos brinda una respuesta a nuestra preocupación, una solución basada en una coraza que protegerá nuestra vida. La guerra se presentará siempre; pero, la armadura de Dios te resguardará en el día más oscuro, en el más recio de la pelea.

Cada parte del armazón que nos provee el Señor dará el poderío y herramientas para soportar hasta el final, cuando haya acabado todo…

Pero primero fijémonos en una idea que debemos tener clara antes de saber más de la armadura y es reconocer que la lucha no es contra tu esposa, tu vecino o tu suegra, es contra el enemigo de nuestra alma; ya no veas a tu cónyuge como tu oponente sino piensa en que hay un enemigo detrás de todo, queriendo destruir no solo a uno de ustedes sino al matrimonio que representa la unidad. 

Dios te da la autoridad para desenmascarar al verdadero adversario, repréndelo en el nombre de Jesús y la contienda se convertirá primero en un momento de tregua y luego en paz absoluta; deja que esa batalla la peleen Dios y aquel oponente, entrégasela al Todopoderoso que puede darte la victoria. Recuerda que cualquier pugna o disputa ha sido ya vencida por Jesús para ti.