Mi Herencia En Jesús (Versión Escrita)Muestra

Bendición y Espíritu Santo

La Biblia nos habla en la carta de Pablo a los Gálatas 3:10 que todo el que no cumpla fielmente toda la ley, estaba bajo maldición.

La ley es imposible de cumplirla a cabalidad. El hombre no lo puede hacer, por eso es necesaria la presencia de un salvador.

Esa maldición, a quienes no cumplan la ley, abarcaba tanto maldición física, económica y evidentemente espiritual. 

Según la ley, lo teníamos merecido.

El Antiguo Testamento nos enseña que existían rituales de purificación, que eran parte de una  reconciliación con Dios, y que en parte requerían del sacrificio de un animal, que bien podía ser un cordero, y que el cordero que debía ser sacrificado en el antiguo pacto, era colocado en un altar, y degollado.  

Ese tipo de muerte era suficiente para cumplir con un sacrificio, pero no es lo que sucedió con Jesús, el cordero de Dios.

Jesús fue humillado y colgado en una cruz. Ese fue el lugar en el que Jesús murió, colgado en una cruz.

La Biblia nos dice que es maldito todo aquel que es colgado en un madero, y que así fue como Jesús se hizo maldición para que esa maldición de la ley no nos afectara sino que nos concediera la bendición de Abraham, que es una bendición que abarca todas las áreas de nuestra vida.

En resumen, Jesús murió en una cruz para llevar las maldiciones que en ese entonces nos pertenecían, y que ahora, gracias a Él, han sido cambiadas por las bendiciones de Abraham para tu vida y para la mía. Lo mejor de esto, es que esa bendición implica recibir el Espíritu Santo de la promesa.