Se trata de tiMuestra

Estás aquí

Viviré para adorarte, mi Rey

Quiero responder a tu amor 

Que me encendió el corazón

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. Qué palabras tan hermosas del apóstol Juan, el amor que nos ha dado el Padre va más allá de toda comprensión. ¿Cómo no responder a tanto amor? ¿Cómo no vivir en completa consonancia con esa manifestación profunda de vida? ¡Nos hizo sus hijos! Podemos llamarnos hijos de Dios, pero debemos vivir de acuerdo a esa posición. La posición de hijos otorga gobierno sobre los ambientes, las circunstancias, los problemas. Todo eso está para resolverse, pero no para que nos gobierne. Nos dio la posición y nos dio el poder para manifestar que somos sus hijos. 

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Porque tenemos claro que no se trata de nosotros, sino de Cristo. Cuando estamos en Cristo, somos nuevas criaturas. Si estamos en Cristo, las cosas viejas pasaron. Por causa de Cristo todas las cosas son hechas nuevas. Vivamos para adorarlo. Aunque se trata de Él, Él ha hecho tanto a nuestro favor. 

¿Cómo podemos adorarlo? El apóstol Pablo lo explicó muy bien en su carta a los Tesalonicenses: Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Lo adoramos con nuestra vida. Lo adoramos con nuestras acciones. Lo adoramos con nuestras decisiones. Lo adoramos gobernando los ambientes, viviendo en paz en el hogar. Lo adoramos siendo honestos en todo lo que hacemos. Lo adoramos cumpliendo con nuestras responsabilidades con excelencia. Lo adoramos cuando amamos a los demás como Él nos amó. Lo adoramos manifestando cada día a Cristo en nuestras vidas. 

Cada día al despertarnos, nuestro corazón debe latir con la misma fuerza de convicción y entendimiento para adorarlo en todo lo que hacemos. A Dios le agrada cuando mostramos al mundo que se trata de Él. A Dios le agrada cuando mostramos al mundo que Cristo está aquí, porque está en mí y en ti. 

¿Cómo puedes adorar a Cristo hoy por medio de tu vida? ¿Qué cosas debes cambiar por cuanto estás en Cristo?