[Serie El sol] La grandeza de DiosMuestra

El Señor es un sol, nuestra luz necesaria

El Salmo 84 fue escrito para personas en peregrinación. El pueblo de Israel tenía que viajar de sus hogares al templo para adorar y estar juntos en la presencia de Dios. El viaje era realmente largo y tomaba muchos días. Tan pronto como el sol se ponía, los viajeros tenían que detenerse y acampar. Hacía frío y no podían ver el camino, así que se veían en la necesidad de esperar que el sol saliera para poder continuar el viaje. El sol era esencial para que ellos supieran dónde ir y también para mantenerlos calientes. En el desierto, la temperatura desciende significativamente en la noche y es necesario encender fuego para mantenerse caliente. No podías continuar tu viaje hasta el amanecer.

Como cristianos, también estamos en un viaje. Estamos viajando a través de la adolescencia, soltería, matrimonio o edad adulta. A veces enfrentamos momentos oscuros, y el mundo se convierte en un lugar muy oscuro para nosotros. Necesitamos desesperadamente luz y orientación. En el Salmo 23, uno de los más famosos y citados de la Biblia, el rey David habla de estos sentimientos como estar en el valle más oscuro. Un valle de sombra de muerte, un lugar donde no hay luz. El camino no es claro. Entonces, ¿qué hace el salmista en esta situación?

Primero que todo, el salmista se da cuenta de que no se encuentra solo, Dios está con él. En segundo lugar, se aferra a aquello de lo que está seguro. Por ejemplo, en el Salmo 119 dice: Tu palabra es lámpara para mis pies, una luz en mi camino, (119:105). La Palabra de Dios es el aliado más certero, seguro y claro cuando enfrentas tiempos difíciles. ¿Te encuentras en un lugar oscuro hoy? ¿Tu camino no es claro? La Palabra de Dios es el lugar correcto a donde ir. La Palabra de Dios tiene la respuesta correcta para cada situación.

Como peregrinos, encontramos lugares oscuros y valles de sombra, pero no estamos solos. Además, tenemos esta tranquilidad: hace dos mil años, la Luz del Mundo vino a la Tierra y tomó nuestro lugar en la cruz. Ese día, al mediodía, la oscuridad recorrió toda la tierra hasta las tres de la tarde, porque el sol dejó de brillar. Jesús pagó el precio de nuestro encuentro con el Padre; la fuente de poder ilimitado brilló su luz para mostrarnos el camino.

Pensamiento del día 

El Señor es un sol, nuestra luz necesaria. Él está viviendo y brillando dentro de ti.