Una perspectiva divina durante las tragedias personales Muestra

Una perspectiva auténtica 

Una de las razones por las que podemos ser apáticos en cuanto a tener una perspectiva auténtica, es porque subestimamos su poder. Tratamos de ver más de la verdad del mundo que nos rodea. Pero se vuelve abrumador y confuso y nos preguntamos: «¿Realmente importa? El mundo es lo que es. ¿Por qué debería molestarme por tener una perspectiva auténtica?»

Sin embargo, Pablo dice a la iglesia: No seas como la gente de este mundo, deja que Dios cambie tu forma de pensar. La perspectiva es tanto verdadera como poderosa. Cambia nuestro comportamiento. Toma parte en nuestras decisiones. Influye en la forma en que pensamos, así como en la forma en que actuamos. Cuando pasamos por una tragedia, en momentos difíciles, o simplemente en la cotidianidad, elegir la perspectiva divina hace la mayor diferencia; porque con Dios tenemos esperanza, fundamento y amor. Esto no significa que no nos dañará o que no tengamos emociones. Muchos intentamos manipular una perspectiva "positiva". Precisamente esto hace que intentemos manipular resultados positivos, eludiendo el dolor y evitando las dificultades.

Seguir la perspectiva no se trata de buscar hasta que encontremos algo que nos guste. Se trata de seguir la verdad, a toda costa. Es cierto que el mayor obstáculo para seguir la verdad es cuando nos damos cuenta que no siempre nos va a gustar lo que atrapamos. Sin embargo, Jesús promete que su Espíritu, el Espíritu de verdad, nos guiará a toda verdad.

David lo cantó mejor: Porque grande es tu amor, más alto que los cielos, tu verdad llega a los cielos. Una perspectiva verdadera es transformadora. Es un dominó significativo en la línea de la vida significativa e intencional. Si descubrimos una perspectiva verdadera, las decisiones que tomemos cambiarán nuestras vidas.