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Valiente para derribar ídolos

LECTURA: Éxodo 20:1-3; Isaías 44:6-20

DEVOCIONAL: Éxodo 20:1-3

Si estuviéramos ahora mismo juntas, charlando y tomando un café, y tú me preguntaras si tengo otros dioses en mi vida, te miraría como si tuvieras tres cabezas. Estaría asombrada, confundida y, siendo sincera, estaría incluso ofendida ante la pregunta. Pero la dura realidad es que probablemente hay otros “dioses” o ídolos en mi vida aunque no siempre sepamos reconocerlos. Cualquier cosa o cualquier persona que tome el lugar de Dios en nuestras vidas, es un ídolo. Si tiene una porción de mi corazón, mi tiempo y mi vida mayor que Dios, es un ídolo. Los ídolos pueden ser cosas materiales, creencias, hábitos, trabajo o personas. Cualquier cosa a la que vaya antes de acudir a Dios cuando necesito ánimo, amor, seguridad, descanso o gozo, es un ídolo en mi vida. Sabiendo eso, puedo ver alguno en mi propia vida. Dios es mayor que cualquier falso ídolo, mejor que cualquier otro dios, más de lo que cualquier otra cosa podrá ser nunca en nuestras vidas. No hay Dios como nuestro Dios. Él llena cada una de nuestras necesidades y nos ama de una manera que no podemos comprender. Y Dios nos llama a amarle y a alabarle solo a Él. Para hacer eso, debemos ser valientes para derribar ídolos. 

Señor, gracias por llamarme Tuya. Gracias por ser mi Dios. Convence mi corazón y muéstrame los ídolos en mi vida. Padre, ayúdame a ver los otros dioses que alabo sin darme cuenta y dame el valor para derribarlos. Solo Tú eres digno de todo honor y alabanza. En el nombre de Jesús. Amén.