Serie Gracia, simple y profunda - Gracia y perdónMuestra

El perdón es un regalo 

¿Qué es actuar en amor durante una guerra? Creo que se parece mucho al perdón. El perdón es un regalo dentro del don de la gracia y se subestima muchas veces. Los cristianos no perdonan por la bondad de su corazón, sino, porque han sido perdonados. Puedes pensar que alguien te ha lastimado mucho más de lo que tu hayas lastimado a otra persona. En comparación, no tiene sentido. Sin embargo, la razón es porque estás comparando tu bondad relativa con la de la persona que te lastimó; y, esa es la comparación equivocada. Lo que debemos hacer, es comparar nuestra bondad relativa, con la santidad infinita de Dios. La diferencia es asombrosa. Ese es el punto de la parábola que contó Jesús sobre el rey que perdona su deuda al oficial. Demostramos que somos hijos de Dios cuando amamos a nuestros enemigos; ponemos el amor en acción, que se parece mucho al perdón.

En realidad, las heridas en tu contra son una deuda que una persona te debe. El perdón es una elección cuando liberas a alguien de esa deuda. No es simple. Es difícil. Nunca vas a tener ganas. Es un proceso. No es que solo los perdonas, los liberas de la deuda y sales feliz. Esa no es la realidad. Eliges liberar a alguien de una herida y luego tienes que recordar que elegiste hacer eso. Seamos honestos el uno con el otro, no hay olvido en el perdón. Pero está la opción de no vivir  ese recuerdo.

Si elegimos no perdonar, hay otras opciones en espera. Hay retribución, venganza o resentimiento. Ninguna de esas son buenas opciones. Pablo dice: sé amable y misericordioso, y perdona a otros como Dios te perdonó.

El perdón es poderoso. Comprender el punto del perdón es el primer paso. El perdón se basa en la fe que Dios es un mejor hacedor de justicia que nosotros. Cuando elegimos perdonar y liberar a alguien de la deuda, esa es una decisión basada en la fe.

¿Qué tal pedirle a otra persona que te perdone? Toma dos simples pasos: primero, admite lo que hiciste. Incluso si no entiendes. No te justifiques. No des excusas. Todo lo que debes decir es: Puedo ver que te he lastimado. Segundo, expresa con claridad: ¿podrías por favor perdonarme? Eso es todo. Estás poniendo la pelota en la cancha de la otra persona para que pueda elegir perdonar. Ese es el regalo que das a la otra persona, porque la meta del perdón es recuperar la relación.

Dios nos ha perdonado la deuda que nunca podríamos pagar. De ese gran banco de gracia, Dios nos permite dar gracia y perdón a otros que nos hieren. Eso es una gran oportunidad para transformar y sanar la falta de gracia que está viva en todas nuestras relaciones.

Para tener más información sobre la gracia, con Scot Pollok y obtener un libro descargable en inglés, visita: www.gsot.edu/simplegrace. El Centro de Gracia para el Desarrollo Espiritual de Grace School of Theology, ofrece estudios sin título, oportunidades de estudio bíblico en línea y recursos como este devocional.