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El Credo de los Apóstoles: SalvaciónMuestra

El Credo de los Apóstoles: Salvación

DÍA 3 DE 14

Consecuencias del pecado: Romanos 5:12,19

La Escritura indica que después de que Adán y Eva pecaron, Dios juzgó y maldijo a toda la raza humana. Esta maldición afectó cada aspecto de nuestro ser. Resultó inmediatamente en la muerte espiritual de la cual se habla a través de la Escritura, como en Juan 5:24 y 25, Efesios 2:1 al 5, y Colosenses 2:13 y 14. También produjo corrupción en nuestro ser, tanto en cuerpo y alma, como lo vemos en Jeremías 17:9 y Romanos 7:18 al 8:11. Y ultimadamente nos conduce a la muerte física, como leemos en Génesis 3:19 y Romanos 5:12. Finalmente, el pecado obtuvo para la humanidad eterno sufrimiento bajo el juicio de Dios en el infierno, como aprendemos de pasajes como Mateo 5:29 y 30.

El bien conocido pastor Charles Spurgeon, quien vivió de los años 1834 a 1892, habló de la maldición de Dios para Adán y Eva en su sermón La maldición removida. Consideremos lo que él dijo:

¿Qué es lo que incluye la maldición? Involucra muerte, la muerte de este cuerpo… incluye la muerte espiritual, una muerte de la vida interior que tenía Adán - la vida del espíritu, que ahora ha huido, y que sólo puede ser restaurada por [el] Espíritu Santo… E incluye, el final de todo, y lo peor de todo, la muerte eterna… todo lo que se puede reunir en esa terrible, horrible… palabra “infierno”.

Lo que es peor, las consecuencias del pecado de Adán y Eva también se propagaron a toda la raza humana - a todos los que descienden de ellos a través de la generación natural. Observamos la extensión universal del pecado en pasajes como 1 de Reyes 8:46, Romanos 3:9-12, Gálatas 3:22, y Efesios 2:3. Consideremos la forma en que Pablo habló acerca del pecado de Adán en Romanos 5:12-19:

El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron… por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores. (Romanos 5:12-19)

Como hemos visto en una lección anterior, Adán era el representante del pacto de toda la raza humana. Y Pablo enseño que debido a esto, el pecado de Adán fue acreditado a todos sus descendientes. Y como resultado, somos pecadores por naturaleza. Venimos a este mundo espiritualmente muertos, sujetos al dolor y privaciones, y destinados a la muerte física.

Es imposible incluso entender la completa consecuencia del pecado. Pero nuestro pecado es una rebelión en contra del Creador. Es un esfuerzo para robarle de su gloria, es quebrantar su ley, caer corto de su gloria. Es en todo sentido situarnos a nosotros mismos como enemigos de Dios. Interrumpe nuestra relación con Dios debido a que Dios es santo. Él no puede mirar al pecado. Como consecuencia de su santidad, Él debe derramar su ira sobre el pecado. Entonces, cuando vemos la pecaminosidad de los humanos, es todo lo que necesitamos saber sobre nuestro problema y acerca de nosotros mismos. El pecado es la psicología de seis letras que nos ayuda a entender lo que vemos en el espejo, y lo que sabemos que es. También nos recuerda que no hay forma de que podemos rescatarnos a nosotros mismos de este apuro. Sólo Dios puede hacerlo, y lo hace en Cristo.
                                                                                              Dr. R. Albert Moehler, Jr.

El problema del pecado es realmente terrible. Toda la humanidad está absolutamente perdida y condenada. No tenemos manera de redimirnos a nosotros mismos. Estamos perpetuamente condenados a sufrir bajo el juicio de Dios. No hay forma para que nosotros ganemos su favor de vuelta, o para hacer compensaciones por nuestro pecado. Aparte del perdón misericordioso de Dios, absolutamente no hay esperanza de salvación.

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