DIOS + METAS: Cómo establecer metas siendo cristianoMuestra

DÍA 3: ¿Cómo son las metas impulsadas por la fe? 

¿Cómo son las metas dirigidas por Dios? ¿Puedes tener una meta que no tenga que ver explícitamente con el ministerio, como ponerte en forma o regresar a la escuela? ¿O todas tus metas tienen que ser “orar más”, “ir a un viaje misionero” y “servir en mi iglesia”?

Algunas metas y prácticas ya están establecidas para nosotros en las Escrituras, lo cual es muy útil: leer en tu Biblia (Salmo 119:9), pase tiempo en oración (1 Tesalonicenses 5:17-18), esté con otros creyentes (Hebreos 10:25), y comparte tu fe (Salmo 96:3). Dios desea estas cosas de nosotros para mantenernos cerca de Él, para mantenernos fructíferos y fieles. Esta no es una lista de verificación a seguir, sino más bien el resultado de un corazón que ha sido transformado por la gracia de Dios. Nos vemos obligados a hacer estas cosas porque Él nos ama mucho. 

¿Pero qué pasa con el resto de la vida? Dios quiere que hagamos todas las cosas para Su gloria (1 Corintios 10:31)-las grandes metas que Él tiene para nosotros y las aparentemente mundanas. Ya sea construir un negocio, terminar una carrera, criar a los hijos, tomar sabias decisiones financieras, cuidar de tu cuerpo, o incluso guardar toda tu ropa sucia (¿lavandería espiritual? ¡Sí!), si esas cosas se hacen con el objetivo de agradar a Dios, podrías usarlas para ser una luz para Él. No significa que tengamos que ser perfectos en nuestras actitudes, en esas cosas o en nuestro progreso, solo tenemos que ser fieles. 

Cuando hacemos todas las cosas para Su gloria, la gente ve algo diferente en nosotros. Se preguntan de dónde viene nuestra esperanza y, si Dios quiere, tendremos la oportunidad de compartir la Fuente. Entonces, ¿tus objetivos tienen que ser exclusivamente misiones y servir a tu iglesia? Dondequiera que el Señor te haya puesto, florece donde has sido plantado. ¡Silba mientras trabajas y hasta lo mundano se vuelve significativo!

Ora conmigo: Padre, gracias por plantarme justo donde estoy. Ayúdame a actuar con ojos espirituales en las cosas que me has puesto ante mí, viéndolas como metas dirigidas por Dios, sin importar mi asignación. Ayúdame a que todo lo que haga apunte a Ti, incluso las veces que me equivoco y me quedo corto. Deja que Tu gracia sea mi estandarte a medida que progreso en mis metas, sabiendo que no se trata de perfección, sino de TI, el autor y perfeccionador de mi fe. En el nombre de Jesús. ¡Amén!