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Marcos 14-15 | La cruz

Bienvenidos. Hoy nuestro viaje nos lleva a Marcos 14 y a un cruce de caminos en la historia. La multitud de personas en Jerusalén crece a medida que se acercan los días de la celebración. Un complot para eliminar a Jesús se está gestando entre los líderes judíos. A medida que la tensión aumenta, Jesús toma a Sus discípulos aparte para celebrar la Pascua juntos en una habitación en un aposento alto.

Mientras los discípulos se alistan para la fiesta, Jesús les revela que uno de ellos lo va a traicionar. La traición es una herida profunda y Él lo sabe bien. Por ahora, Judas se sienta con Jesús a compartir como amigo. En el verso 22, 

«Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos, diciéndoles: Tomen; esto es mi cuerpo.» Y luego, en el verso 23, «Después tomó una copa, dio gracias, y se la dio a ellos, y todos bebieron de ella.»

Llamamos a esto «comunión». Los cristianos hacemos honor a este hecho alrededor de todo el mundo hasta hoy día. Para recordar que el cuerpo de Jesús fue crucificado tenemos el pan, y con vino recordamos Su sangre. Él está estableciendo un nuevo pacto, una nueva relación entre Dios y el hombre, en Su sangre. Hay una profunda simbología y significado en ello, pero por ahora, es suficiente saber que es para recordar a Jesús.

La noche continúa. Judas se marcha con malas intenciones. Terminan la cena, Jesús ora y los lleva a un jardín cercano llamado Getsemaní. 

Es media noche, una luna llena alumbra la oscuridad. Jesús toma tres de los discípulos aparte y comparte Sus sentimientos,

«Mi alma está muy triste, hasta la muerte.»

Les pide que oren. Luego tiene un tiempo a solas para orar y le pide al Padre: «si es posible pasa de mí esta hora». 

Regresó para encontrarse a Sus discípulos durmiendo. Los despierta y vuelve a orar. Regresa y están, otra vez, durmiendo. Pero ahora, el tiempo ha llegado y Judas regresó con un batallón de soldados. La traición se ha completado. Arrestaron a Jesús y lo llevan a juicio ante el sumo sacerdote.

Es viernes, antes del amanecer. Jesús está parado ante Caifás, el sumo sacerdote. En el verso 56 :

«Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaracione no coincidian.»

Las acusaciones eran muchas, pero Jesús calla. Versos 61-62:

«Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada. ¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito?, le preguntó de nuevo el sumo sacerdote. Si, yo soy, dijo Jesús.»

Por esto, el sumo sacerdote condenó a Jesús por blasfemia, por quien Él decía ser.

Los líderes judíos ataron a Jesús y lo llevan ante el gobernador romano Poncio Pilato. Marcos 15:2:

«¿Eres tú el Rey de los judíos?, le preguntó Pilato.

«Tú mismo lo dices, respondió.»

Nuevas acusaciones son lanzadas a Jesús, pero no contesta. A lo largo de todo el proceso, solo contesta la pregunta acerca dequién es . Esto es algo importante. 

Las acusaciones simplemente no cuadran y Pilato se resiste a condenar a un hombre inocente. Pero los sacerdotes amenazan con una rebelión. En los versos 12-14, 

«¿Y qué voy a hacer con el que ustedes llaman el Rey de los judíos?, les prguntó Pilato...» 

«¡Crucifícalo, gritaron!...» 

«¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?...» 

Pero ellos gritaron aún más fuerte: «¡Crucifícalo!»

Pilato se rinde. Jesús es golpeado brutalmente, y llevado al palacio con la compañía de los soldados. Se burlaron de Él con una corona de espinas y una capa púrpura, y luego lo golpearon y escupieron. Jesús había dejado claro quién es, y los guardias también sabían qué pensaban de esto. 

Cuando terminaron su sádica diversión, y llevaron a Jesús al Gólgota. En los versos 24-25, leemos:

«Y lo crucificaron. Repartieron su ropa, echando suertes para ver qué le tocaría a cada uno. Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.»

La crucifixión es un testimonio de la crueldad sin vergüenza de la humanidad. Era un castigo horrible para el crimen y los romanos querían que todos supieran exactamente porqué cada hombre era crucificado. Así que, publicaban un cartel con Su «crimen».El cargo contra era muy simple: «Rey de los Judíos.»

Tres horas pasaron en tortuoso dolor. Y, el verso 33 dice:

«Desde el medio día y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad.»

Entra en la historia por un momento, párate allí en la oscuridad. Escucha a los cínicos burlones, a las mujeres llorando y la fría seguridad de los guardias. Allí al frente de ti, un hombre en una cruz. Con el cartel sobre su cabeza que dice: «Rey de los judíos.»

¿Quién es este hombre? 

Mientras estás allí parado pensando, el verso 37: 

«Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró. La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Y el centurión que estaba frente a Jesús, al oír el grito y ver cómo murió, dijo: ¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!".

Se terminó. Otro centurión es enviado por Pilato para confirmar la muerte con una lanza en un costado. Quien quiera que haya sido ahora está muerto. Cuando te das la vuelta para irte de todo eso, un extraño te para. Te pregunta:«¿Quién piensastúque era Él?»

Asi, ¿Qué dices tú? ¿Quién era Jesús?

Reflexiona.

• En tu juicio, ¿por qué piensas que Jesús sólo contestaba las preguntas acerca de quién era Él? ¿Por qué era tan importante eso?
• ¿Qué significa la crucifixión de Jesús para ti? Comparte tu historia.