Libérate de la AnsiedadMuestra

Si Dios está de nuestra parte

La narrativa del Antiguo Testamento da ejemplo tras ejemplo de la protección del Señor a su pueblo. Aunque los detalles de cada historia difieren y presentan una variedad de personas usadas por Dios— Moisés, Josué, David y otros— el personaje principal sigue siendo el mismo: Dios. Si no fuera por la intervención del Señor, el pueblo de Dios habría sido arrastrado hace mucho tiempo por las aguas embravecidas del diluvio (v. 5). Aunque parece obvio, el salmista se esforzó por señalar qué lado escogió el Señor en el continuo conflicto entre el pueblo de Dios y sus enemigos. Este salmo mira hacia al pasado, repasando las batallas, para aclarar más allá de toda duda que el pueblo de Dios solo venció por el poder del Señor.

El apóstol Pablo planteó este mismo punto en su carta a los romanos, aunque no solo se fijó en las liberaciones pasadas. Los creyentes arraigan su seguridad en la obra de Cristo. En él, la condenación ya no tiene poder (Romanos 8.1). Dios moldeará a la imagen de su Hijo a los que él llama (Romanos 8.29). Además, a los que justificó gratuitamente, ciertamente los glorificará en el futuro (Romanos 8.30).

Pablo miró en retrospectiva la obra de Cristo al mismo tiempo que esperaba una esperanza futura. A la luz de estas verdades, escribe: «Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? (Ro 8:31). Aunque la gente lo ha intentado, nadie ha encontrado un oponente digno.

Jesús, por favor, sigue moldeándome a tu imagen, aunque me resista. Ayúdame a recordar que nada puede hacerme daño cuando estoy de tu lado. Amén.