Susurro: Cómo escuchar la voz de DiosMuestra
«Lugares de susurros»
Cuando recorrí por primera vez el Capitolio, hace más de dos décadas, el guía asignado nos reveló un secreto que no era realmente tal cosa: el lugar de los susurros. Entonces se paró a un lado del «Salón de las Estatuas» mientras el grupo de turistas estábamos al otro lado. El guía susurró algo y, en efecto, pudimos escuchar el eco de su voz a través de la habitación como si estuviera a escasos centímetros de distancia.
Cuando leo la Biblia, veo lugares de susurros por todas partes.
El de Jacob, fue Betel.
El de Moisés, fue donde estaba la zarza ardiente.
El de Samuel, fue el tabernáculo en Siló.
El de David, fue la cueva de Adulán.
El de Elías, fue el Monte Carmelo.
El de Daniel, fue una ventana del piso superior que daba a Jerusalén.
El de Jonás, fue el vientre de una ballena.
Cuando examino las Escrituras, veo a Dios aparecer en lugares extraños, en momentos extraños, en maneras extrañas. Y no creo que nada haya cambiado. Dios todavía convierte los encuentros casuales en citas divinas. Todavía trasmite deseos, abre puertas e inspira sueños. Todavía habla a través de advertencias, de personas y del dolor. Y, tal como lo hizo con Moisés, puede convertir cualquier porción de tierra en un lugar sacro.
Escuchar no es algo que ocurra por defecto; sucede por diseño. Tienes que buscar la soledad, el silencio. Debes eliminar inexorablemente las distracciones. Y tienes que bajarles el volumen a algunas voces o desconectarlas por completo. Algo tan sencillo como la radio o tan inofensivo como las redes sociales. ¿Por qué no apagas la radio y hablas con Dios durante tu viaje? ¿O te desconectas de las redes sociales por una temporada? ¿O haces un retiro aislado y en silencio?
No quiero espiritualizar demasiado lo importante que es un lugar de susurro, pero tampoco quiero restarle importancia al aspecto espiritual. Aun cuando quitemos el aspecto espiritual de la ecuación, necesitaremos un espacio o lugar para tener un poco de paz y tranquilidad. Si vives en una ciudad, como yo, eso no te será muy fácil. Y si eres padre de unos pequeñines, lo más que puedes alcanzar a tener es unos diez minutos de silencio, y eso durante la siesta de ellos.
Así que tu lugar de susurro será tan único como lo decidas tú mismo, pero debes apartar un momento y un lugar para escuchar la tierna y apacible voz de Dios.
¿Tienes un «lugar de susurro»en este momento? Si no lo tienes, ¿dónde podrías ubicarlo? Y si ya lo tienes, ¿en qué manera te susurra Dios allí?
Escrituras
Acerca de este Plan
Dios todavía habla. ¿Sabes escuchar su voz? La voz que al hablar trajo a la existencia al cosmos, es la misma que separó el Mar Rojo e hizo que el sol se detuviera a mediodía. Un día, esa voz hará todas las cosas nuevas; sin embargo, ¡te está hablando ahora! Esa voz es la voz de Dios y lo que hemos aprendido de la Escritura es que Él, a menudo, habla en un susurro. No para dificultar que le oigamos, sino para acercarnos a Él. Mark Batterson quiere presentarte los siete lenguajes de amor de Dios; cada uno de ellos exclusiva y enteramente divinos. Es posible que conozcas algunos de ellos, pero otros te sorprenderán. Descubre los siete lenguajes de amor de Dios
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Nos gustaría agradecer a Editorial Nivel Uno por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialniveluno.com