No debería ser así: Un desafío de 5 días por Lysa TerkeurstMuestra
Aprendiendo a luchar bien
Después de la lectura de ayer, podrás estar pensando... ¿Por qué Dios crearía nuestros corazones en la perfección del jardín del Edén sabiendo que, eventualmente debido a nuestro pecado, no viviríamos allí?
Es decir, una vez que Adán y Eva pecaron, ¿no podría quitarles Dios el anhelo de perfección de sus corazones? Sí, definitivamente Él pudo haberlo hecho. Pero despojarnos de la causa de nuestra decepción podría también robarnos la gloriosa esperanza a la que nos dirigimos.
Recuerda, esta es una historia de amor. Y nunca apreciaremos o desearemos la esperanza de nuestro Amor Verdadero si amores menores no nos decepcionaran. La angustia penetrante de la decepción en todo lo que se encuentra de este lado de la eternidad crea un descontento con este mundo y nos empuja a anhelar a Dios mismo — y el lugar donde finalmente caminaremos en el jardín con Él de nuevo.
La Biblia comienza con el libro de Génesis, ambientado en el primer jardín del Edén. Pero termina con el Edén restaurado en los últimos capítulos del Apocalipsis, el último libro.
Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: « ¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más». Y el que estaba sentado en el trono dijo: « ¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza». (Apocalipsis 21:3-5 NTV)
Nota las palabras relacionadas a los sentimientos que describen el mundo en el que vivimos: tristeza, llanto, y dolor. La decepción total a menudo golpea con lágrimas profundas. Todo lo que se encuentra en este lado de la eternidad está en decaimiento. Esto es simplemente el resultado natural del pecado. Esta amenaza constante a nuestros sentimientos profundos nos lleva a la depresión, ansiedad, endurecimiento y, honestamente, al escepticismo acerca de la bondad de Dios.
A menos que...
Podamos ver que todas esas duras realidades no son el fin, sino un espacio intermedio y temporal.
Dios sabe que antes de vivir eternamente debemos aprender a luchar bien. ¿Ves el ánimo que nos da Dios en el pasaje de Apocalipsis 21 para ayudarnos a hacer esto cuando nuestros sentimientos nos ruegan dudar de nuestra fe? Él detendría el estado continuo de decadencia, muerte y decepción profunda. ¡Él hará todo nuevo!
En este jardín del Edén restaurado la maldición será levantada y la perfección nos dará la bienvenida como un amigo de hace años. No habrá una brecha entre nuestras expectativas y experiencias. No nos decepcionaremos ni viviremos decepcionados. Nuestros sentimientos y nuestra fe estarán de acuerdo. Volveremos a una pureza de emociones donde podremos experimentar lo mejor de nuestros corazones trabajando codo a codo con la verdad absoluta.
No necesitaremos luchar bien entre nuestros sentimientos y nuestra fe en el nuevo Edén, porque no habrá una narrativa contradictoria sobre la naturaleza de Dios. No habrá corrupción en la nutrición de Dios. No habrá nociones contradictorias sobre por qué Dios permite las cosas. Y no habrá temor de que las cosas no salgan bien.
No necesitaremos luchar bien, porque estaremosbien. Enteros. Completos. Seguros. Certeros. Victoriosos. Y comprendiendo la verdad completa.
Responde: ¿Cómo te ayuda a procesar tus decepciones el hecho de entender que vivimos entre dos jardines? ¿Qué consuelo te da saber que Dios hace todo bien?
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Te has encontrado alguna vez diciéndote a ti mismo "esto no es de la manera que pensé que sería"? Ya sea que se trate de una relación en crisis, la pérdida de un ser querido, una enfermedad inexplicable o una situación de vida difícil, Lysa TerKeurst lo comprende y te invita a unirte a ella en este plan de lectura de 5 días. Juntos, aprenderemos de dónde proviene la decepción y cómo descubrir la fuerza que necesitas para enfrentar la angustia desde una perspectiva bíblica.
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