EncounterLife — El Llamado de JesúsMuestra

Confiando en Dios Cuando no Tiene Sentido

La pesca comercial es un trabajo duro. No existe el sentarse en la orilla para relajarse. Son largas horas de perseguir una presa, tejer las redes, limpiar la cubierta, y llevar los pescados al mercado. En clima bueno o malo, es trabajo duro de obrero. Pedro estaba exhausto, estresado, y ansioso. Jesús lo encuentra allí. 

Imagínate estar en los zapatos de Pedro. Haz trabajado un turno largo de toda la noche, tratando de desesperadamente atrapar algo, cualquier cosa. Con cada segundo que pasa, comienzas a sentir la tensión financiera amontonándose: la presión de producir algo para pagar el barco, el tiempo en la cubierta, y un montón de pagos. Algo tiene que ceder. Desalentado y listo para rendirte, cuentas tus perdidas y regresas hacia la orilla. Quieres irte a casa, comer algo, y meterte en la cama. Tus piernas están pesadas, y tus ojos están irritados. Que noche tan inútil. 

Luego, Jesús llama tu nombre. Te avergüenzas, cansado y desgastado, pero cedes. Después de todo, es Jesús. Reacio, regresas a tu barco en donde has pasado la noche entera. Solo unas horas más, y ya todo se acabará. Jesús termina de dirigirse a la multitud, te mira y dice, “Zarpa hacia lo hondo, y tira tus redes.” ¿En serio? ¿Más pesca? ¿Que no sabe lo que has estado haciendo toda la noche? ¿No sabe que estas exhausto? Esto es lo último que necesitas. 

En este momento decisivo, Pedro recibe algo que necesitaría por el resto de sus días: la gracia de Dios. 

Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad 2 Corintios 12:9 (RVC)

Jesús viene dónde estemos y nos invita a unirnos a Él. En medio de nuestra vida diaria, con todas nuestras preocupaciones, cargas, y temores, Él nos llama a hacer un asocio con Él para hacer impacto. Él no está buscando a los talentosos, dotados, o fuertes. Nosotros simplemente tenemos que obedecer, y Él se mueve. Él entiende nuestra debilidad, y Su gracia es suficiente. 

EL DÍA QUE ELEGISTE SEGUIR A JESÚS, ÉL EMPEZÓ A FORMARTE PARA SU MISIÓN

Dios nos recibe con gracia cuando seguimos su mando. Siempre.