Pérdida vs. GananciaMuestra

Pérdida material

En el último devocional analizamos la pérdida personal como la pérdida de un ser querido. En este devocional nos ocupamos de la pérdida material: las cosas que tenemos en la vida y que podemos perder. Aquí, de nuevo, Dios provee. Nos da una perspectiva. Provee un propósito, y lo hace perfectamente. Veamos las provisiones de Dios en este tipo de pérdida.

En el momento de la crucifixión de Cristo, Mateo registra dos perspectivas opuestas de Su muerte y resurrección. La primera es la del grupo de soldados que custodiaba la tumba de Jesús. Ellos, sin duda, fueron testigos de los acontecimientos milagrosos de la ruptura del sello y del desplazamiento de la piedra. Qué increíble testimonio de la verdad de la resurrección de Jesús podrían haber dado los soldados. Sin embargo, las Escrituras dicen que los jefes de los sacerdotes y los ancianos ofrecieron dinero a los soldados para que mintieran sobre lo que habían presenciado. En lugar de la verdad de la resurrección, mintieron y dijeron que los discípulos habían robado el cuerpo. Esto contrasta con el centurión que declaró en la crucifixión de Jesús: "Verdaderamente éste era el Hijo de Dios". Los soldados ganaron riquezas, que fueron gastadas. Cambiaron su reputación y carácter por riqueza. El centurión no ganó nada de valor terrenal, pero aún hoy es recordado como un hombre de carácter y verdad. Dios nos da una perspectiva correcta sobre la pérdida material y la ganancia eterna.

Pero también nos da un propósito. Timoteo escribe en su primera carta que debemos ser ricos en buenas obras, dispuestos a dar y a compartir. El mundo nos dice que seamos ricos en las cosas materiales, pero las Escrituras nos enseñan a ser ricos en buenas obras porque ellas son el verdadero tesoro. Este propósito tiene un valor eterno que no se puede perder. Las cosas terrenales no son eternas, se oxidarán y desvanecerán. ¿Qué riquezas debemos perseguir? ¿Las temporales o las eternas?

Finalmente, se nos da una promesa increíble en la carta de Pablo a los Filipenses. Les dice que Dios suple todas sus necesidades según sus riquezas en Jesucristo. ¿Entendiste eso? En la pérdida, Dios provee perfectamente a través de Su Hijo, Jesús. Incluso en la pérdida, que es parte de la vida, Dios provee por encima y más allá. De hecho, lo provee todo. ¿Tenemos las manos abiertas o cerradas a los dones de Dios?

Para más recursos de Fuerte en el quebranto (podcasts y guía de estudio descargable gratuitamente), visita gsot.edu/strong. El Grace Center for Spiritual Development de la Escuela de Teología Grace ofrece estudios sin título, oportunidades de estudio bíblico en línea y recursos como este devocional.