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El propósito eterno y los hijos de DiosMuestra

El propósito eterno y los hijos de Dios

DÍA 6 DE 8

El sacerdocio de Melquisedec

Después no se vuelve a nombrar Melquisedec hasta el Salmo 110 y el escritor de los hebreos habla de él. Sin embargo el orden de ese sacerdocio es eterno, siempre existió, quiere decir que Melquisedec existía antes, durante y después de la ley.

Hombres como David, donde su sacerdocio no era levítico, sino era basado en lo establecido por la ley, por eso pudo comer de los panes, levantó un tabernáculo en Sión, trajo el arca del pacto y la puso allí. David operaba en el orden eterno del sacerdocio de Melquisedec, en donde en sombras estaba anunciando las realidades del pacto eterno. Operaba en la estructura de lo eterno bajo la gracia de lo perfecto, ese es el orden de Melquisedec. El sacerdocio levítico nada perfeccionó, ahora estamos perfeccionando a los santos para la obra del ministerio, tenemos la obligación de perfeccionar, en cambio ellos no la tenían. Ellos recordaban que eran imperfectos, pecadores, alejados de Dios, que no podían y que necesitaban cada día reconocer y confesar los pecados, en cambio nosotros declaramos que somos perfectos, completos, habilitados y podemos hacer la obra del ministerio en Cristo.

Cada reformador, verdad comprendida, hombre iluminado, fase de superación de la iglesia y nueva realidad que se comprende, tiene que ver con la operación de Melquisedec en ese tiempo. Las estructuras humanas religiosas cambian, pero los principios que operan el sacerdocio de Melquisedec son eternos. 

¿Cuáles son los principios? 

Es un sacerdocio de justicia. El énfasis de ese sacerdocio no es la condenación, sino la justicia. Melquisedec no salió al encuentro con Abram para reprenderlo ni pidió que fueran confesadas sus maldades, sino lo alimentó y lo declaró justo y bendecido.

Los que operamos en este tiempo tenemos que entender que nuestra función no es enfatizar la culpabilidad y pecado del mundo, ni la ira de Dios sobre ellos; no pertenecemos a ese orden, no estamos hablando que el mundo va terminar en ruina y que van a ver las catástrofes que van a pasar, no somos del orden del juicio, sino de Melquisedec. Nosotros bendecimos, declaramos los propósitos eternos de Dios y que la tierra será llena del conocimiento de su gloria. Pensamos como Dios porque tenemos la mente de Cristo. 

Ese sacerdocio produce paz, rey de justicia y de Salem. Cuando Melquisedec hablaba era con paz. Dejó a Abram con paz, no en crisis existencial. Somos llamados a producir y declarar la paz que Dios ya hizo con el hombre, Él ya se reconcilió y nos dio el ministerio de la reconciliación. El hombre tiene que saber a través de nosotros que Dios ya se reconcilió con el mundo y que no toma en cuenta sus pecados, debe salir con paz.  

Escrituras

Día 5Día 7

Acerca de este Plan

El propósito eterno y los hijos de Dios

El origen del propósito eterno, nace de la voluntad de Dios, pero también de su amor. El punto central del propósito eterno es hacerse conocer por medio de su Hijo. El medio por el cual el propósito eterno se da a conocer en la tierra, es la iglesia. Por lo tanto, el resultado del propósito eterno es que el Hijo sea todo en todo.

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Gerardo Cárdenas, pastor de la iglesia El Centro Cristiano Alfa y Omega en Houston, y El Centro Woodlands en The Woodlands, Texas; en convenio con El Centro Network. Si desea saber más de estas organizaciones, por favor visite http://www.enelcentro.org y http://www.elcentronetwork.com