Tú Estableciste La AlabanzaMuestra

«De la boca de los niños»

Tal vez el recuento bíblico que más enfáticamente muestra a los niños adorando a Dios es la conocida historia que leemos cuando estaban en el templo. Dice la Palabra que a unos pocos días antes de Su crucifixión, Jesús sanó a los cojos y los ciegos que vinieron a Él.

La acción de Jesús de sanar a los cojos y los ciegos era insoportable para los líderes religiosos hipócritas. En el templo también estaban los niños, pero no estaban aburridos, jugando o desinteresados como normalmente lo hacían. Ellos estaban atentos a Jesús. Ellos vieron a los cojos y los ciegos entrar con dificultad para acercarse a Jesús. Oyeron su clamor pidiendo sanidad. Vieron cuando Jesús tocó a cada persona que se acercaba a Él. También escucharon el grito del ciego que dijo, «puedo ver»; y vieron al cojo caminar. Ellos reconocieron el milagro que Jesús había hecho, y gritaron alabanzas: «Hosanna al Hijo de David».

Esto fue la «gota que colmó» a los líderes religiosos. Cuando los niños vieron los milagros, adoraron a Jesús, mientras que ellos furiosos se quejaron, esperando que Él los mandara a sacar del templo. Jesús les preguntó: «¿Nunca leísteis?» ¿Recuerdan lo que dice? Por supuesto que habían leído la Escritura, pero sólo practicaban lo que les convenía. Entonces, Jesús les dijo: «De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza».

Dios había ordenado que los niños alabaran a Su Hijo, no sólo de labios, sino también con todo el corazón. Sus alabanzas sirvieron para silenciar las acusaciones de los enemigos de Jesús que pronto conspirarían para matarlo.