Jonás - Amar al falto de amorMuestra

Dios se preocupa más por la misericordia que por la ira

Lectura: Jonás 4:10-11

DEVOCIONAL: Romanos 5:6-9

“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” – Romanos 5:6-9

Con los versículos de hoy llegamos al final de la historia de Jonás. En el capítulo 1, el profeta aprendió que no se puede huir de Dios. En el Capítulo 3, aprendió que Dios perdona a aquellos que claman a Él. En el capítulo 2, vio a una ciudad entera humillarse ante el Señor, arrepentirse y alcanzar misericordia. Ahora tenía que aprender que Dios tiene compasión por los perdidos como los ninivitas, como él mismo. 

A Jonás le daba lástima una planta que se secó, pero no tenía compasión por la gente que iba a perecer y vivir eternamente alejada de Dios. El libro de Jonás nos recuerda que Dios es el Dios de toda la humanidad, que Jesús murió por todas las personas en toda nación. 

Desearía que tuviéramos más versículos en el libro de Jonás para ver cómo el profeta respondió a esta lección final. ¿Se arrepintió? ¿Comprendió que Dios ama y extiende gracia y misericordia a todo el mundo? Spurgeon dijo, “Esperemos que, por el resto de su vida, Jonás haya vivido gozándose en la misericordia de Dios.”

Esa es mi oración para ti también, que puedas vivir regocijándote en la misericordia de Dios mientras vidas. Que puedas vivir de acuerdo a la compasión de Dios, mostrando misericordia y amando bien incluso a la gente que te ha herido o te ha tratado mal. ¿Qué te ha enseñado el libro de Jonás? ¿Qué lecciones has aprendido durante estas semanas?

Amado Dios, gracias por amarme mientras soy débil. Gracias por mostrar Tu amor por mí aun siendo pecadora. Solo por Su amor soy libre de condenación. Es solo por Tu misericordia que tengo vida eterna. Te doy gracias desde el fondo de mi corazón. Amén.