1. Dar gracias todos los días 

Las frustraciones, los retos y el dolor pueden embotar nuestros ojos a los dones de Dios. Las rutinas de la vida diaria pueden generar una satisfacción inadvertida haciendo que demos por hecho algunas cosas. Practicar con intención el agradecer cada día, nos da una nueva visión para ver lo bueno que nos rodea.  

Para endulzar tu nuevo año, a diario asígnate una tarea de agradecimiento. Puede ser tan simple como dar gracias a Dios cada noche por una, dos o cinco cosas. Pídele a Dios que te ayude a desarrollar un corazón agradecido y ojos para ver Sus buenos dones a tu alrededor.  

 Dar gracias además es una forma efectiva de enfrentar el desánimo. Ante un problema o desilusión, entrégalo a Dios e incluye una lista de cosas positivas que son genuinas en tu vida. Al practicar el hábito de expresar gratitud, notarás más y más cosas por las cuales dar gracias cada día.