Victoria sobre el diabloMuestra

Protejamos a los nuevos creyentes

Hemos estado hablando sobre los ataques del diablo a los bebés recién nacidos en Cristo. Esto es algo que debemos esperar. ¿Pero cuáles son las razones?

Isaías 59:15–16 nos da una pista:

Sí, falta la verdad, y el que se aparta del mal es hecho presa. Y lo vio el Señor, y desagradó a sus ojos que no hubiera derecho. Vio que no había nadie, y se asombró de que no hubiera quien intercediera. Entonces Su brazo le trajo salvación, y su justicia lo sostuvo.

Quiero que pienses en eso. La verdad falta, y la persona que se aparta del mal es hecha presa; de la misma manera que un león ve a una gacela herida como presa.

Para mí, este es un retrato de lo que les sucede a algunos nuevos creyentes. Se apartan del mal (se salvan) y, de repente, parece que todo les sale mal. ¡Y Dios no está feliz con eso!

Donde dice “y se asombró”, literalmente dice que se sorprendió de que no hubiera un intercesor. Eso quiere decir que nadie estaba orando. ¡Por eso fueron hechos presa!

Si no oramos por aquellos que se apartan del mal, entonces llegarán a ser presa del diablo. Tenemos la responsabilidad de interceder por aquellas personas que vienen a Cristo, de poner una barrera de protección alrededor de ellos.

Pablo escribió a los colosenses sobre esto y dijo: “Siempre que oramos por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos” (Colosenses 1:3–4 ). Pablo no solamente oró por ellos antes de que fueran salvos, sino que también oró por ellos después de que fueron salvos.

Espero que Dios no se asombre hoy y se pregunte: “¿Dónde está el intercesor que debería estar orando por los nuevos bebés en Cristo?”

Tomemos nuestra responsabilidad seriamente y oremos por aquellos que recientemente han venido a la fe.