Te daré lo mejor de mi adoraciónMuestra

El gozo de ser hijo

El gozo es una característica de los hijos de Dios, pues es parte del fruto del Espíritu Santo, como lo describe el apóstol Pablo en la carta a los gálatas. Pero en ninguna parte dice, que el gozo depende de las circunstancias. Dice que el gozo se manifiesta cuando está presente el fruto del Espíritu, sin importar las circunstancias. Cuando todo viene bien, ¡excelente! Festejamos, nos gozamos, solos o con otros alrededor. Pero, cuando viene la prueba, y las circunstancias cambian, entonces ¿dónde queda el gozo?

Estar gozosos en medio de la prueba, sentirnos dichosos cuando estamos en medio de ellas, es una de las cosas más complejas que los hijos de Dios debemos enfrentar. Mayormente una prueba produce dolor, tristeza, preocupación, llanto, entre otras cosas. Una prueba a algunos les hace sentir que es momento de abandonar, de dejar de luchar por lo que Dios les ha entregado. Estos comportamientos o reacciones, se manifiestan porque se olvida quienes somos en Cristo, quién es nuestro Padre. Nuestra identidad falla, por falta de conocimiento de la Palabra y en quién hemos creído.

Cuando las circunstancias, pruebas, situaciones adversas, son las que determinan tu gozo, debes examinarte. Pablo estaba en la cárcel pero tenía gozo. ¿Qué te diferencia de Pablo? Eres tan hijo de Dios como él. Solo que Pablo sí sabía quién era en Cristo. ¿Tú, sabes quién eres en Cristo?

Abraham, en Génesis 22 pasó por una de las pruebas más fuertes de la historia, pero su confianza, siempre estuvo puesta en Dios, él obedeció y adoró al Señor con todo su ser porque entendió que Dios estaba en control y que esta prueba lo llevaría a un nivel mayor. Su confianza en Dios nunca desmayó, y por eso declaró aun antes de llegar al lugar de sacrificio: Al tercer día Abraham alzó sus ojos y divisó el lugar de lejos. Entonces Abraham dijo a sus siervos: —Esperen aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a ustedes. Pero recordemos, que Abraham vio todo de lejos, vio las promesas de lejos, sin embargo no vio las circunstancias, no cuantificó el sacrificio. Él conocía a Dios en quien confiaba plenamente.

Confía en Dios que él está contigo todos los días de tu vida.