Desarrolle el corazón correcto para la prosperidadMuestra

Prosperidad

En Lucas 12, Jesús tenía una enseñanza muy clara y directa sobre la prosperidad. Por ejemplo, vea lo que dice Lucas 12:13–15:

Uno de entre la multitud le pidió: ―Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo. ―Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes? “¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes”.

Es muy fácil leer esos versículos y creer que Dios está en contra de la prosperidad. Pero si usted ve lo que yo llamo el principio de Génesis, yo pienso que se dará cuenta de que la prosperidad es la voluntad de Dios. 

Cuando Dios creó al hombre, le dio abundancia. Usted no puede leer la historia del Jardín del Edén y pensar que a Adán le faltaba algo. Y el plan de Dios, Su idea, Su corazón por la humanidad nunca han cambiado. 

Sin embargo, Dios no le dio a Adán toda esa abundancia para que la abundancia fuera el enfoque de su vida. Su enfoque era su relación con el Padre mientras caminaban y hablaban en el jardín. Su vida no consistía de la abundancia de las cosas, sino en su relación con el Creador. 

Entonces, ¿qué es la abundancia? La abundancia, o la prosperidad, es tener todo lo que necesita para satisfacer cualquier circunstancia, para dar cualquier cosa que le quede hacia donde Dios lo dirija. 

Ciertamente Jesús no está en contra de la prosperidad. De hecho, yo creo que la prosperidad es la voluntad de Dios para todos Sus hijos. Yo no creo que Dios quiera que alguno de Sus hijos viva en la pobreza. La pobreza no es una virtud salvo que usted la elija por alguna razón. 

Dios quiere que usted sea próspero, pero hay algunos principios que consideraremos en los próximos devocionales y que nos ayudarán a comprender adecuadamente lo que es la prosperidad.