Creemos en Jesús: "El Cristo"Muestra
Tentación: Mateo 4:1-4
La historia de la tentación de Jesús es familiar. Sus detalles están registrados en Mateo 4:1 al 11 y Lucas 4:1 al 13. En resumen, el Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto donde ayunó por cuarenta días antes de ser tentado por Satanás. Pero incluso en su estado debilitado físico, Jesús se mantuvo poderoso espiritualmente y mentalmente. A pesar de su hambre, se rehusó a usar su poder divino para satisfacer sus necesidades. A pesar de su autoridad, se rehusó a aprobarse a sí mismo al usar el camino fácil pero pecaminoso de servir al enemigo de Dios.
Muchos teólogos también destacan que la tentación de Jesús por Satanás fue paralela a la tentación de Adán y Eva en el Jardín del Edén en Génesis 3. Como Pablo señaló en Romanos 5:12 al 19. Jesús era el representante de su pueblo así como Adán lo había sido. Pero donde Adán había fallado y había traído condenación a la raza humana, Jesús venció la tentación, trayendo salvación a su pueblo.
Jesús fue tentado. Fue tentado en cada punto como lo somos nosotros, pero sin pecado dice la Biblia. Uno piensa, por supuesto, en el evento conocido como la tentación o las tentaciones en el desierto, la triple tentación después de su bautizo en el comienzo de su ministerio público donde se encontró al Diablo mismo. La mayoría de nosotros probablemente nunca nos encontraremos con el Diablo; uno de sus internos debería ser suficiente para nosotros, pero para Jesús, Satanás vino en persona. Pero toda la vida, Jesús fue tentado. Yo pienso que sería un error pensar que Jesús solamente fue tentado en este punto. Pienso que tales tentaciones fueron muy grandes en proporción y enfocadas muy específicamente en su identidad y misión. Pero durante todo el curso de su vida, creo que Jesús fue tentado; Jesús es nuestro representante. Él es nuestro sustituto, es el último Adán, el segundo hombre. Y por lo tanto, así como Adán fue tentado en el Jardín, así el último Adán también tiene que ser tentado por la serpiente. Si es que nos va a representar, tiene que ser tentado en cada manera, como nosotros somos tentados. De otra forma, él no es nuestro sustituto. Las Escrituras son muy claras, en decir que en ningún punto del curso de su ministerio Jesús cayó en pecado. Él no tuvo pecado. Él no tuvo pecado de pensamiento, palabra o hecho. Pero creo que para el propósito de ser quien carga con nuestros pecados, de ser nuestro sustituto, era necesario que fuera tentado. – Dr. Derek W.H. Thomas
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura investiga la doctrina de la Cristología, centrándose en la persona y la obra de Jesucristo. Jesús es Dios encarnado, el centro de toda la historia, y la única esperanza para la salvación de la humanidad y para la creación. Este plan explora la vida y el ministerio de Jesucristo.
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Nos gustaría agradecer a Third Millennium Ministries por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://es.thirdmill.org/