Esperanza en la oscuridadMuestra

Escucha

Escucha tu vida. Todos los momentos son claves.

—Frederick Buechner

Sé honesto contigo mismo. ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste y realmente tuviste una conversación real con alguien más, en la cual tomaban turnos y genuinamente se escuchaban el uno al otro lo que tenían que decir? Sin dispositivos. Sin televisión. Sin música. Sin distracciones. 

No es de extrañar que nos sea muy difícil escuchar a Dios. 

Como leemos en Habacuc 1, él valientemente le preguntó a Dios todas las preguntas difíciles que el tenía en su corazón. Es difícil amar a alguien, aún al Creador del universo, si estás guardando rencores y estás escondiendo tus verdaderos sentimientos. Habacuc claramente amó a Dios, pero eso no le impidió desafiarlo de forma respetuosa con una petición que le ayudara a entender la enorme brecha entre lo que él creía y lo que vio a su alrededor.

Una vez el profeta había terminado de hacer sus preguntas, él sabía que era tiempo de escuchar. Para ti es lo mismo. Habacuc escribió:"Me mantendré alerta, me apostaré en los terraplenes; estaré pendiente de lo que me diga, de su respuesta a mi reclamo” (Habacuc 2:1 NVI, énfasis mío). Yo amo estas imágenes: me apostaré en los terraplenes; estaré pendiente de lo que me diga. En algunas ocasiones la razón por la que no estamos teniendo respuestas a nuestras preguntas es porque no estamos dispuestos a hacer una pausa y esperar lo suficiente para que Dios se revele a Sí mismo.  

El escritor del Salmo 46:10 cita a Dios: “Quédense quietos, y reconozcan que yo soy Dios". 

Nota lo que Dios no dice: “Quédense ocupados, y reconozcan que yo soy Dios”.

Él dijo: “Quédense quietos.” Quédense. Quietos. Y reconozcan. 

¿Cómo estás tú realmente escuchando a Dios? Puede abrirs Su Palabra y permitir que el Espíritu traiga la verdad a tu vida. Dios habla a través de las circunstancias, si te tomas el suficiente tiempo para reflexionar. Él habla a través de las personas, ofreciendo sabiduría divina desde el cielo. Y Él puede hablar directamente a tu vida a través de Su Espíritu. Cuando le perteneces, pasas tiempo con Él, y guardas quietud delante de Él, aprendes a reconocer Su voz.

Tal vez tú ha estado pidiendo a Dios por lo que necesitas. Esto es perfectamente razonable; Dios quiere que nos dirijamos a Él. Pero, ¿estás esperando escuchar lo que Él tiene que decirte, aún si Su respuesta no es lo que tú quieres oír? Mantente escuchando. Dios no te abandonará en tus tiempos de necesidad; Él con tenacidad te levantará y te pondrá cerca y te llevará a través de tu dolor. 

Oración: Dios, estoy listo para escuchar. ¿Cuáles son Tus planes en esta situación? ¿Cómo puedo yo crecer a través de esto?