Ayudar sin herir: La Biblia y los pobresMuestra
Nuestros vecinos
Mas él, queriéndose justificar a sí mismo, dijo a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29).
Invisible. Johnny Price tiene 44 años y lucha por criar solo a dos niños cuando no tiene empleo. Jodi gana $6.25 por hora y depende de una despensa de donación de alimentos para sobrevivir. Rosa vive en un garaje sin calefacción y dice que la mitad de las personas de su iglesia viven en situaciones similares. Juanita, una inmigrante reciente, trabaja 70 horas a la semana como empleada doméstica y gana $4.03 por hora. Ninguno de estos individuos vive en barrios de bajos ingresos o en aldeas lejanas. Viven en los suburbios de America del Norte. Y frecuentemente se sienten invisibles. Un abogado, buscando poner a prueba a Jesús, le preguntó cómo obtener la vida eterna. Él sabía la respuesta: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente y a tu prójimo como a ti mismo". Sin embargo, el abogado continuó y ”queriéndose justificar a sí mismo, dijo á Jesús: '¿Y quién es mi prójimo?'". En respuesta, Jesús contó una historia sobre un samaritano que se encontró a un hombre al lado del camino, a quien habían robado y golpeado. Un extraño, vendó sus heridas y le llevó a una posada donde le cuidó. Interrumpido. Le causó inconvenientes. El buen samaritano vio con compasión al que estaba frente a él, su vecino, y satisfizo su necesidad.
Proximidad. Los pobres no están solo "allá afuera" sino entre nosotros, si tan solo nos fijamos. Los pobres de los suburbios viven en complejos de apartamentos viejos, comunidades de casas móviles, y enclaves pequeños de casas modestas bajo la sombra de hogares de 5000 pies cuadrados. Nuestros vecinos no son solo los huérfanos de Etiopía a quienes podemos apoyar monetariamente y escribir una carta de vez en cuando, sino también la madre soltera inmigrante que lucha por sobrevivir en un complejo de apartamentos olvidado cerca de nuestra casa. ¿Estamos dispuestos a ser interrumpidos y a que nos causen inconvenientes? ¿Seremos vecinos para las personas que pueden complicar nuestro día-a-día? Mira a tu alreadedor. Jesús dice: "Ve, y haz tú lo mismo".
Jesús, abre nuestros ojos. Muéstranos a nuestros vecinos. Danos compasión y estemos dispuestos a ser interrumpidos y que nos causen inconvenientes los que tienen pobreza material entre nosotros.
Escrituras
Acerca de este Plan
La Biblia nos manda a cuidar de los pobres y oprimidos. Ven y explora la profundidad de la preocupación de Dios por ellos, y cómo puedes responder tú mismo al llamado. Cada día incluye una historia o anécdota de la vida real, una Escritura junto a una meditación, un desafío y una oración. Estos devocionales están inspirados de "Cuando ayudar duele: Cómo aliviar la pobreza sin perjudicar a los pobres, y a ni a ti" de Steve Corbett y Brian Fikkert.
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