Salmo 1: Un Fundamento Para Tu Vida CristianaMuestra

¡Leer Su Palabra es una fuente de alegría!

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (La Biblia, Salmo 1:1-2).

¿Meditar en Su Palabra día y noche? ¿No es eso un poco pesado? ¡No, en absoluto! Estos versículos muestran que el salmista encuentra su delicia en la ley del Señor. En otras palabras, le hacen bien a su alma y le traen gozo; le dan una sensación de satisfacción. Dice asimismo que encuentra muchísimos placeres a la diestra de Dios (Salmo 16:11).

Medita en la Palabra es pensar en ella, y luego volver a pensar en ella dentro de tu corazón. Es un poco como el chicle (hablando de manera figurada): al principio es un poco duro de masticar, pero con el tiempo se ablanda. ¡Y es entonces cuando empiezas a disfrutarlo!

Leemos, pensamos y oramos sobre un versículo de nuevo una y otra vez, “masticándolo” por varias horas, días, o incluso semanas. De pronto, ¡ese mismo versículo nos aclara una situación específica en nuestra vida! Es la Palabra de Dios hecha vida, es el “Rhema” de Dios. 

Esto es lo que dice el Salmo 119:130: “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.” Su Palabra está viva, y es extraordinaria (Hebreos 4:12).

¡Démosle juntos gracias a Dios por Su increíble Palabra!

“Señor, gracias por Tu Palabra que me trae alegría, que me guía. Quiero meditar en ella cada día, a cada momento. ¡No quiero perderme los tesoros que tienes para mí en la Biblia! ¡Oro para que me transforme y cumpla su trabajo, para que cada día sea más y más como Tú! En el Nombre de Jesús. Amén”.

¡Gracias por existir!
Eric Célérier

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