La perseverancia de los santos

La confesión de fe de Westminster describe la perseverancia de los santos así: "Ellos, a quienes Dios ha aceptado en Su Amado, llamados efectivamente y santificados por Su Espíritu, no pueden alejarse total ni finalmente del estado de gracia, sino que ciertamente perseverarán en él hasta el fin, y serán eternamente salvos". Juan 10:28-29 NVI dice: "Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar". ¡Qué increíble realidad! Los que son verdaderamente salvos perseverarán hasta el final y no perderán su salvación. Esto no significa que Dios espere a ver si perseveramos hasta el final, y si no lo hacemos, perdemos nuestra salvación... "Dios nos justifica completamente a través del primer acto genuino de fe salvadora, pero este es el tipo de fe que persevera y da fruto en la 'obediencia de la fe'... Dios obra para hacer que Sus elegidos perseveren" (Deseando a Dios). Al nacer de Dios, estamos eternamente seguros.

La confesión de fe de Westminster agrega que "esta perseverancia de los santos no depende de su propia voluntad, sino de la inmutabilidad del decreto de elección, que fluye del amor libre e inmutable de Dios padre; sobre la eficacia del mérito y la intercesión de Jesucristo, la permanencia del Espíritu y de la simiente de Dios dentro de ellos, y la naturaleza del pacto de gracia: de todo lo que surge también la certeza e infalibilidad de la misma". Los escogidos de Dios están seguros de su salvación por Dios, a través de la expiación de Jesús, el derramamiento de Su Espíritu y la naturaleza del pacto de gracia depende de Él... no de ellos (Jeremías 32:40). Qué bendita seguridad tenemos gracias a Jesús que asumió el castigo por nuestro pecado. Él sería la provisión para nuestra perfección. 

Por supuesto, cristianos, pecaremos. Aunque, lo que nos diferencia del mundo es que tenemos el Espíritu morando en nosotros, santificándonos para siempre. Nunca debemos hacer las paces con nuestro pecado; debemos hacer todo lo posible para odiarlo. Da tranquilidad saber que los cristianos no pueden alejarse total ni finalmente del estado de gracia. Debido a que Su Espíritu está en nosotros, perseveramos hasta el fin (1 Juan 3:9). Su obra continua, y no nuestro compromiso con la fe, es lo que nos impide caer (Filipenses 1:6). Mis amigos, gracias al Señor por Su poder divino que nos da con gracia para que podamos morir a nosotros mismos y crecer en fe, justicia y entendimiento. Después de venir a la teología reformada y comprender las doctrinas de la gracia, la esperanza de mi salvación está sólo en Cristo. Las Escrituras dicen que debido a Su gracia y elección incondicional, nunca puedo ser arrancado de Su mano. Dejé de darme la seguridad de mi salvación porque no hay nada. Soy un pecador depravado, elegido incondicionalmente por Dios, expiado por Cristo, vencido por una gracia irresistible y cuya seguridad eterna depende de la justificación que Dios me proporciona. La gracia preservadora de Dios se filtra en la médula de los huesos de mi existencia. Cuando lo miro, tengo fe en que nunca me alejaré de Su eterno control. Cristianos, cuando realmente tenemos fe en Jesús, no debemos preocuparnos de que alguna vez perderemos nuestra salvación, esto no es bíblico y socava la muerte total que reivindica el pecado que Cristo pagó por ti. Romanos 8:30 dice: "A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó".

Por Hannah Colton

Preguntas de reflexión para el diario:

1. ¿Cómo nos equivocamos en la perseverancia?

2. La perseverancia tiene que ver con la vida eterna. Cuando se trata de la vida eterna, ¿qué piensas al respecto?

3. ¿Cuánto de perseverancia depende de tu habilidad?

4. ¿Qué requiere la perseverancia?

5. ¿Qué proporciona esta doctrina?

Más sobre Perseverancia de los santos