Una garantía maravillosaMuestra
Sellados como hijos
Muchos tienen miedo a Dios, y siempre están pensando que los va a castigar. De hecho, muchos «se congregan» porque tienen miedo a las consecuencias de sus actos, es decir, que todo lo que hacen, es para mitigar sus conciencias, o para que Dios «se contente con ellos». Dichas personas, son esclavos espirituales.
Hablando de la realidad de los esclavos físicos que existieron, las consecuencias eran terribles; un esclavo que huía, era buscado y tenía que pagar las consecuencias de haberlo hecho. En ese tiempo, los esclavos eran propiedad del amo, y marcaban a las personas destinadas para serlo; lo hacían después de comprarlos, con hierros calientes, como hoy día se hace con el ganado. Dichos esclavos estaban marcados de por vida, como animales; y a donde quiera que uno de ellos huyera, lo reconocían por esa marca distintiva; sabían a que era esclavo y a quien pertenecía.
Nosotros, como hijos de Dios, también fuimos sellados, no con algo que causa dolor, sino con el Espíritu de Dios; el apóstol Pablo lo quiso dar a entender, cuando expresó que nosotros recibimos el Espíritu de Cristo, el cual es como una marca, como un sello, y eso nos habilita, nos hace gritar: ¡tú eres mi Padre!, así como el esclavo, cuando le preguntaban acerca de quién era su amo y respondía: «fulano de tal» y mostraba su marca, nosotros hoy entendemos que Dios es nuestro Padre.
El esclavo, no se acercaba al amo en un estado de felicidad absoluta, agradeciendo por ser comprado por él; ¡no!, ¡nunca!, pues sabía que ese amo iba a poner una marca sobre su piel, que era muy doloroso, y no lo podía sacar de su mente, solo en eso pensaba. Dios sin embargo, nos compró, no para que le tengamos miedo; sino para depositar su Espíritu en nosotros, el mismo Espíritu que habitó en Cristo, y ese Espíritu dice, declara, y le hace ver a Dios y a nosotros, que somos su pertenencia, sus hijos.
Los esclavos, sabían que pertenecían a su amo, por que veían con sus ojos naturales un sello sobre su carne. ¿Cómo podemos saber nosotros que somos hijos de Dios?, ¿cómo podemos quitarnos el temor de que nuestra vida se pierda?, ¿cómo podemos estar seguros, de que no vamos a terminar nuestros días sin Dios? Son preguntas que muchos se hacen y que estaremos analizando en lo que sigue de este devocional.
Escrituras
Acerca de este Plan
Vivir la vida del Espíritu, no es algo místico o religioso, es un deleite por el cual se dio una garantía, el maravilloso Espíritu de Dios. Dios mismo se puso como garantía y se puso dentro nuestro para velar por que todas sus promesas se conviertan en nuestra herencia, para nuestro beneficio y deleite. Su garantía incluye la formación y desarrollo de su Hijo Jesucristo en nosotros, para que con una identidad clara de hijos, caminemos en comunión con el Padre eterno.
More
Nos gustaría agradecer a Gerardo Cárdenas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.enelcentro.org y http://www.elcentronetwork.com