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Crezcamos en fe, amor y santidad Muestra

Crezcamos en fe, amor y santidad

DÍA 6 DE 8

Santificación en el hijo de Dios

La santificación es una prueba certera de la elección de Dios

Los nombres y el número de los elegidos son secretos, Dios en su sabiduría no lo ha revelado al hombre. Pero hay una cosa plenamente clara en lo que a la elección concierne, los elegidos se conocen y se distinguen por sus vidas santas. Expresamente se nos dice en las Escrituras que son «elegidos… en santificación del Espíritu…», «escogidos… para salvación, mediante la santificación por el Espíritu…», «… los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo…», «… nos escogió… antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos…».

De ahí que, cuando Pablo vio la obra de fe, el trabajo de amor y la esperanza paciente de los creyentes de Tesalónica, pudo concluir, «porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección». Si alguien se gloría de ser uno de los elegidos de Dios, pero habitualmente y de manera deliberada, vive en pecado, en realidad se engaña a sí mismo, y su actitud viene a ser una perversa injuria a Dios. Naturalmente, es difícil conocer lo que una persona es en realidad, pues muchos de los que muestran apariencia de piedad, en el fondo no son más que religiosos y empedernidos hipócritas. De todos modos podemos estar seguros de que, si no hay evidencias de santificación, no hay elección para salvación. 

La santificación es algo de lo que el creyente es responsable

Los creyentes no son como los impíos que están muertos espiritualmente, sino que están vivos para Dios, y tienen luz, conocimiento y un nuevo principio en ellos. Si no viven vidas de santidad, ¿de quién es la culpa? ¿A quién podemos culpar, sino a ellos mismos? Dios les ha dado gracia y les ha dado una nueva naturaleza y un nuevo corazón; no tienen, excusa para no vivir de tal manera que glorifique a Dios. Santidad es limpieza, pureza de corazón y vida, libertad del pecado, el estado de cualquier cosa consagrada o santificada para Dios y su causa, lo cual es parte del llamado de Dios para sus hijos en el cumplimiento de su voluntad.

La santificación es gradual, se desarrolla progresivamente 

Todo creyente experimenta una escala de la santificación, y ser más santificado en un período de su vida que en otro. No puede ser más perdonado y justificado que cuando creyó, aunque puede ser más consciente de estas realidades. Lo que sí puede, es gozar de más santificación, por cuanto cada una de las gracias del Espíritu en su nuevo carácter y naturaleza, son susceptibles de crecimiento, desarrollo y profundidad.

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Acerca de este Plan

Crezcamos en fe, amor y santidad

El amor de Dios, nos mueve a vivir para Dios. El que ama a Dios, se refugia en Dios en tiempos de necesidad. Es el amor a Dios, una virtud que dispone nuestro corazón para deleitarse en el hecho de que Dios sea glorificado. Queremos ver su crecimiento en la fe, en el amor y en la santidad, para que el nombre de Dios sea glorificado y el reino de Dios sea manifestado con poder.

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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com