Deseos Que Nos TransformanMuestra
Hábito 2: Estudiar con alguien
¿Cómo cumplimos este deseo de que otros conozcan a Dios? Hay mucho que podemos hacer para ayudar a otros a acercarse más a Dios:
- Orar por ellos
- Desarrollar amistades con propósito con otros
- Dar consejos bíblicos
- Servir y ayudarles
- Dar buen ejemplo con nuestra vida
El ingrediente crucial
Entre todas las cosas que podemos hacer para ayudar a otros a conocer a Dios, ¿Cuál es el ingrediente crucial? ¿Qué es aquella cosa que quizás más que todo lo demás ayudará a otros a acercarse más a Dios?
El ingrediente crucial es estudiar con otros. Lo más grande que podemos hacer para cumplir este deseo de que otros conozcan a Dios es estudiar con ellos. Estudiar uno a uno con otros es lo más impactante que podemos hacer.
¿Por qué es tan importante estudiar con otro?
Porque Dios obra cuando hablamos el Evangelio a otras personas. El mensaje del Evangelio es que somos rebeldes condenados; que Dios mandó a su Hijo a vivir una vida perfecta, morir inocentemente y resucitarse de la muerte con poder; y cuando entramos en Él por decidir entregarnos a Él por arrepentirnos y bautizarnos, Dios nos da su perfección, el perdón que compró en la cruz y la promesa de resucitarnos con Él.
Este Evangelio es el poder de Dios, y Dios salva a través del Evangelio cuando este mensaje del Evangelio es proclamado. En la Gran Comisión, Jesús instruyó a sus seguidores a que se dedicaran a proclamarlo.
Hay muchas formas de proclamar el Evangelio: por medio de libros y tratados, en las canciones que cantamos, en los comentarios que hacemos en nuestras conversaciones, en los consejos que damos a otros y a través de nuestro ejemplo.
No obstante, la forma más eficaz de proclamar el Evangelio es estudiando uno a uno — dos personas, sentadas, leyendo la Palabra —. Así al hablar cara a cara, explica el Evangelio, relacionándolo con la vida del otro, resolviendo sus dudas y contestando sus preguntas.
Estudiar uno a uno con otra persona es algo totalmente distinto a invitarlo a la iglesia, llevarlo a una clase, escuchar un sermón juntos, dar buenos consejos o decirle que debe “buscar a Dios”. Es la mejor forma de ayudar a otro a entender el Evangelio y cómo entrar en el Evangelio.
¿Cómo lo hacemos?
¿Cómo estudiamos el Evangelio con otros? Esto suena como una tarea grande, fuera del alcance de la mayoría de nosotros. ¿Sería posible que todos lo pudiéramos hacer? Para estudiar el Evangelio con una otra persona, tenemos que:
- Aceptar la tarea. Aceptar que esto es para ti; que tu debes estar estudiando con alguien.
- Prepararse. Tener un plan; saber cómo estudiar. Puede ser leer el estudio de Quiero Paz con Dios (disponible gratuitamente en www.PazConDios.com) , o leer un libro de la biblia (como Juan o Colosenses).
- Buscarlo. Buscar el estudio. Siempre preguntarnos: ¿Con quién podría estudiar?
- Pedirlo a Dios. Pedir a Dios que te dé un estudio con un no-Cristiano.
- Pedirlo. Pedir a alguien que estudie contigo. Decir las palabras más difíciles: ¿Podríamos estudiar la biblia juntos?
Cuando deseamos y buscamos estudiar con otras personas, Dios nos concede este deseo y nos da oportunidades para estudiar el Evangelio con otros. Al hacerlo, cumplimos con la tarea principal que Jesús nos dejó y colaboramos con Dios al traer la salvación a otros.
Acerca de este Plan
Nuestros deseos dirigen nuestra vida. Todo lo que somos y hacemos viene de lo que deseamos. En este estudio, veremos tres deseos primordiales que nos harán vivir cada vez más cerca de Dios. Junto con cada deseo, veremos un hábito que nos ayudará a hacer de este deseo una realidad.
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