Me siento inadecuado por Pete BriscoeMuestra

Todos (los demás) son geniales

Niégate a ser promedio. Deja que tu corazón se eleve tan alto como pueda. - A. W. Tozer

¿Cuándo fue la última vez que te pidieron hacer algo más allá de tus habilidades? Quizá tu cónyuge te pidió que colgaras una toallera en el baño, lo cual llevó al descubrimiento de una filtración en la ducha, un subsuelo podrido y moho. Ahora estás parado en un montón de escombros pensando: Sólo quería colgar mi toalla.

¿Cuándo fue la última vez que Dios te pidió que hicieras algo más allá de tus habilidades? Una respuesta afirmativa te llevaría a un rol que parecería muy alto para ti.

Siendo un joven pastor de 22 años, los padres de un adolescente rebelde me pidieron consejo. Yo era solo cuatro años mayor que su hijo y me sentí totalmente incompetente.

Tuve la misma sensación al ser pastor senior, al estar con un individuo que había descuidado a su esposa hasta que finalmente lo dejó. Me preguntó qué hacer, pero no estaba seguro de poder ayudarlo.

Sentí lo mismo unos años después, al darme cuenta de que hasta cierto punto había descuidado a mi propia esposa y que necesitaba crecer en esta área. No sabía por dónde empezar.

La sensación común en todos estos escenarios es la sensación de insuficiencia. La insuficiencia nos indica que nuestros recursos limitan nuestra contribución.

Este patrón se nos ha enseñado desde la infancia. Aprendemos que hay grandes personas que hacen grandes cosas, y hay personas promedio que hacen cosas promedio, y un grupo mucho más grande por debajo del promedio que hace cosas por debajo del nivel medio.

Los deportes juveniles son un claro ejemplo de esto. Los mejores jugadores juegan más tiempo, los niños promedio llenan los huecos y sirven como suplentes, y los niños por debajo del promedio calientan el banco. Las corporaciones son otro ejemplo: los mejores ascienden, la gente media ronda en la misma posición y los demás se enfrentan a despidos.

Pero esto es lo que necesito que sepas: Creer que nuestras desventajas limitan nuestras contribuciones es una mentalidad mundana, la cual no tiene cabida en el conocimiento de Jesús y de lo que Él quiere hacer con nosotros y a través de nosotros.

Jesús, me encantaría estar libre de esta mentalidad basada en el rendimiento. Libérame de mis limitaciones mientras aprendo lo que significa confiar en ti. Amén.

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