Sé las manos y los pies de CristoMuestra
La razón de su esperanza
Mi progreso natural para servir como las manos y pies de Jesús incluía mi práctica cristiana de pasearme con mi perro en la mañana. Cuando tenía diecisiete años, comencé a salir en mi silla de ruedas para llevar a nuestro perro a caminar y entablar conversaciones con casi todos los que me encontraba. No sé si era la ternura de nuestro perro, Seth (un Jack Russell King Charles Cavalier mix terrier), o era solo yo, pero siempre parecía haber mucha gente que hablaba o conversaba mientras caminaba junto a nosotros.
Hablábamos del perro y, si nunca nos habíamos conocido, buscaban el momento para preguntar cómo había perdido mis extremidades. Cuando compartía mi historia, se sentían intrigados o conmovidos. Estas conversaciones a veces llevaron a discusiones de fe. A veces se preguntaban cómo podía yo tener una actitud tan positiva, y yo les decía que yo creía que Dios me había creado con un propósito y que yo había puesto mi fe en ello.
Caminar, compartir a mi perro, Seth, y mi fe se convirtió en una verdadera pasión para mí. Salía de la casa con Seth y no podía esperar ver quién aparecería al doblar la esquina. Después de un tiempo, me ofrecía a compartir mi historia y mis creencias en cualquier lugar al que fuera. No recuerdo haber sido rechazado por nadie, aunque probablemente hubo algunos que pudieron haberse desviado cuando me veían venir.
Trataba de no ser duro o poner presión. Simplemente preguntaba cómo se encontraban y, después de unos minutos de conversación, podía decir: "¿Hay algo por lo que le gustaría que yo ore a su favor?" La mayoría de la gente apreciaba la oferta. ¿Quién no necesita una oración de vez en cuando para ellos mismos o por alguien que les importa? Es como si un extraño les ofreciera un regalo sorpresa, ¡y es incluso mejor que ganar la lotería porque el premio de la oración es eterno!
Como cristianos, tenemos que estar alertas y listos para compartir nuestra fe. Afortunadamente, en realidad, tengo un par de dedos en los pies, ¡así que no hay problema! La mejor manera de demostrar nuestra fe es vivir cada día con fuerza, paz, amor y alegría, incluso en medio de una prueba.
¿Cuándo se ha animado a compartir buenas nuevas con alguien más? ¿Qué dones le ha dado Dios para que pueda contarles a otros acerca de Él?
Escrituras
Acerca de este Plan
Nick Vujicic es conocido mundialmente como el hombre sin brazos ni piernas y quien tiene una contagiosa actitud positiva. Tal como Nick comparte en <i>Sé las manos y los pies de Cristo</i>, nada es tan gratificante en su vida como presentar a Jesús a las personas que aún no lo conocen. ¿Cómo le parece esto? Este devocional de cinco días nos da una idea del corazón del mensaje de Nick, inspirándonos a compartir nuestra fe en Jesús con un mundo desesperado por tener esperanza.
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