La diferencia entre la verdadera y la falsa victoriaMuestra

Victoria, ¿por ley o por gracia?

Victoria, es una de esas palabras en el Nuevo Testamento que no siempre hemos entendido; me temo que con más frecuencia de lo que estamos dispuestos a aceptar. Lo que muchos creemos que es una victoria, no es otra cosa que una ilusión, una imitación de la verdadera victoria que nos enseña la Escritura.

En una ocasión el Señor respondió a algunos judíos que creían que siempre estaban en lo correcto, de la siguiente manera: Les aseguro, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Así que, si el Hijo les da libertad, serán libres en verdad.

En el libro de Romanos vemos cómo Pablo enseña acerca del mismo tema, explicando la superioridad de la gracia sobre el pecado. Más tarde el Señor mismo le dice a Pablo: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. 

Cuando consideramos lo que esto significa podemos decir que: No estamos bajo la ley que dice, «tienes que hacer» sino bajo la gracia que proclama, «hecho esta» y esta es la razón por la cual «el pecado no se enseñoreará más de nosotros».

Este es el motivo por el cual Pablo, de manera apasionada, exhorta a los Gálatas; quienes estaban reincidiendo de la gracia a la ley, como nos ha pasado a muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida. Él estaba seguro, que con Cristo estaba juntamente crucificado, y que no vivía él, sino Cristo en él.

Más tarde dijo algo similar a los Filipenses, acerca de lo que significaba para él vivir, «Cristo» y morir, «ganancia». También enseñó a los Corintios, que la victoria solo es por medio de nuestro Señor Jesucristo. Eso es gracia. Esa es la manera de probar si una victoria es real o es una imitación. Recuerda esto, cualquier victoria sobre cualquier pecado, dificultad o problema que haya en tu vida; si tienes que trabajar por ella, es una victoria falsa. Cualquier victoria que provenga del resultado de un esfuerzo personal, es falsa y no es la victoria que Dios ya nos ofreció en su Hijo Jesucristo.