Zacarías 8:1-23
Zacarías 8:1-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Otra vez vino a mí la palabra del SEÑOR de los Ejércitos y me dijo: «Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Siento grandes celos por Sión. Son tantos mis celos por ella que ardo de pasión”. »Así dice el SEÑOR: “Regresaré a Sión y habitaré en Jerusalén. Y Jerusalén será conocida como la Ciudad de la Verdad y el monte del SEÑOR de los Ejércitos, como el Monte de la Santidad”. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Los ancianos y las ancianas volverán a sentarse en las calles de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano debido a su avanzada edad. Los niños y las niñas llenarán las calles de la ciudad y jugarán en ellas”. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Al remanente de este pueblo podrá parecerle maravilloso en aquellos días, ¿pero también a mí me parecerá maravilloso?”, afirma el SEÑOR de los Ejércitos. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Salvaré a mi pueblo de los países de oriente y de occidente. Los haré volver para que vivan en Jerusalén; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, en la verdad y en la justicia”. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “¡Cobren ánimo, ustedes, los que en estos días han escuchado las palabras de los profetas, mientras se echan los cimientos para la reconstrucción del Templo del SEÑOR de los Ejércitos! Porque antes de estos días ni los hombres recibían su salario ni los animales su alimento. Por culpa del enemigo tampoco los viajeros tenían seguridad, pues yo puse a cada uno contra su prójimo. Pero ya no trataré al remanente de este pueblo como lo hice en el pasado”, afirma el SEÑOR de los Ejércitos. »“Habrá paz cuando se siembre y las vides darán su fruto; la tierra producirá sus cosechas y el cielo enviará su rocío. Todo esto se lo daré como herencia al remanente de este pueblo. Judá e Israel, ¡no teman! Ustedes han sido entre las naciones objeto de maldición, pero yo los salvaré y serán una bendición. ¡Cobren ánimo!”. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Cuando sus antepasados me hicieron enojar, yo decidí destruirlos sin ninguna compasión”, afirma el SEÑOR de los Ejércitos. “Pero ahora he decidido hacerles bien a Jerusalén y a Judá. ¡Así que no tengan miedo! Lo que ustedes deben hacer es hablar cada uno a su prójimo con la verdad y juzgar con integridad en sus tribunales. ¡Eso trae la paz! No maquinen el mal contra su prójimo ni sean dados a jurar en falso, porque yo aborrezco todo eso”», afirma el SEÑOR. Vino a mí la palabra del SEÑOR de los Ejércitos y me declaró: «Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Para el pueblo de Judá, los ayunos de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo serán motivo de gozo y de alegría, y de animadas festividades. Amen, pues, la verdad y la paz”. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “Todavía vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades que irán de una ciudad a otra diciendo a los que allí vivan: ‘¡Vayamos al SEÑOR para buscar su bendición! ¡Busquemos al SEÑOR de los Ejércitos! ¡Yo también voy a buscarlo!’. Y muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén en busca del SEÑOR de los Ejércitos y de su bendición”. »Así dice el SEÑOR de los Ejércitos: “En aquellos días diez hombres de diferentes lenguas y naciones tomarán a un judío por el borde de su capa y le dirán: ¡Déjanos acompañarte! ¡Hemos sabido que Dios está con ustedes!”».
Zacarías 8:1-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El Dios todopoderoso también me dio este mensaje: «Grande es mi amor por Jerusalén; y así de grande es también mi enojo contra sus enemigos. Pero volveré a vivir en ella, y será llamada “Ciudad Fiel”; habitaré de nuevo en mi templo, y Sión será llamado “Monte Santo”. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así será. »En las calles de Jerusalén jugarán los niños y las niñas, y descansarán los ancianos y las ancianas, apoyándose en sus bastones. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así será. »Cuando llegue ese día, los que hayan quedado con vida creerán que esto es imposible, pero nada hay imposible para mí. Yo soy el Dios de Israel, y juró que así lo haré. »Yo rescataré a mi pueblo de los países del este y del oeste, y lo haré volver a Jerusalén. Será mi pueblo, y yo seré su Dios; un Dios fiel y justo. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así lo haré. »Ustedes han oído mi mensaje por medio de mis profetas, desde que se puso la primera piedra para reconstruir mi templo. Por lo tanto, ¡anímense! »Antes de empezar la reconstrucción no se les pagaba a los trabajadores ni se alimentaba a los animales; por culpa del enemigo nadie viajaba con tranquilidad, y todos se peleaban contra todos. Pero ya no voy a tratar así a los que aún quedan con vida. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será. »¡Habitantes de Judá! ¡Pueblo de Israel! Ustedes fueron entre las naciones un pueblo al que todos maldecían, pero yo los salvaré y serán una bendición. Sembrarán sus campos en paz, y sus viñedos darán mucho fruto; el cielo enviará sus lluvias y la tierra dará sus cosechas. Todo eso les daré a ustedes, los que han quedado con vida. Por lo tanto, ¡anímense! »Habitantes de Judá y de Jerusalén: Sus antepasados me hicieron enojar; por eso los destruí sin compasión. Pero no tengan miedo, que ahora voy a tratarlos bien. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así lo haré. »Estos son mis mandamientos: Digan siempre la verdad, procuren hacer la paz, y traten a todos con justicia. No hagan planes malvados en contra de sus semejantes, ni hagan juramentos falsos, porque todo eso lo aborrezco. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así es». El Dios todopoderoso también me dio este mensaje: «Habitantes de Judá: amen la paz y la verdad. Así serán muy felices cuando ayunen en el mes cuarto, y en el quinto, séptimo y décimo. ¡Será como si estuvieran de fiesta! »Vendrán muchos pueblos y naciones, y pasarán de una ciudad a otra diciéndole a la gente: “Busquen la bendición de Dios. Nosotros también la buscaremos”. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será. »Cuando llegue ese día, muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén para pedirme que los trate con bondad. Diez hombres buscarán a un judío, y agarrándolo de la ropa le dirán en otro idioma
Zacarías 8:1-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La palabra del Señor de los ejércitos vino a mí, y me dijo: «Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Es tan grande mi amor por Sión, que me lleno de celos y de ira. »Así ha dicho el Señor: Yo he restaurado a Sión, y viviré en medio de Jerusalén. Y Jerusalén será llamada “Ciudad de la Verdad”, y el monte del Señor de los ejércitos será llamado “Monte Santo”. »Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Las calles de Jerusalén han de verse todavía habitadas por ancianos y ancianas, de edad tan avanzada que cada uno llevará su bastón en la mano. Y todavía volverán a llenarse sus calles con niños y niñas que jugarán en ellas. »Así dice el Señor de los ejércitos: Cuando llegue el día, esto podrá parecerles sorprendente a los sobrevivientes de este pueblo, pero ¿habrá de parecerme sorprendente también a mí? —Palabra del Señor de los ejércitos. »Así ha dicho el Señor de los ejércitos: ¡Miren! Yo salvaré a mi pueblo del país de oriente, y del país de occidente. Yo los traeré, y los haré habitar en el corazón mismo de Jerusalén, y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios en verdad y en justicia. »Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Ustedes, los que ahora y desde que se echaron los cimientos del templo del Señor de los ejércitos para edificar el templo, escuchan estas palabras de labios de los profetas, ¡ármense de valor! Porque antes de ahora, por culpa del enemigo ni los trabajadores recibían su salario ni los animales recibían su alimento, ni había paz tampoco para los que salían de viaje o volvían, pues yo puse a todos en contra de todos. Pero a los sobrevivientes de este pueblo no los trataré como antes lo hice. —Palabra del Señor de los ejércitos. »Más bien, habrá paz cuando se siembre, y las vides darán su fruto, y la tierra rendirá sus cosechas, y los cielos prodigarán su rocío. Yo haré que los sobrevivientes de este pueblo tomen posesión de todo esto. Así que ustedes, los de la casa de Judá y de la casa de Israel, no deben tener miedo de nada, sino armarse de valor, porque así como han sido motivo de maldición entre las naciones, así también los salvaré, para que sean motivo de bendición. »Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Así como pensé en hacerles daño cuando sus padres me hicieron enojar, y no me arrepentí, yo, el Señor de los ejércitos, les digo que, por el contrario, ahora he decidido tratar con bondad a Jerusalén y a la casa de Judá. Así que no tengan miedo. Lo que sí deben hacer es hablar siempre a su prójimo con la verdad, y juzgar en sus tribunales siempre con apego a la verdad y a lo conducente a la paz. Nadie debe pensar en hacerle daño a su prójimo, ni deleitarse en hacer juramentos falsos, porque nada de esto lo soporto.» —Palabra del Señor. La palabra del Señor de los ejércitos vino a mí, y me dijo: «Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Los ayunos del cuarto mes, y de los meses quinto, séptimo y décimo, serán para la casa de Judá motivo de gozo y alegría, y de gran celebración. Así que amen la verdad y la paz. »Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Van a venir pueblos y habitantes de muchas ciudades, los cuales irán de ciudad en ciudad, diciendo: “Vayamos a implorar el favor del Señor. Vayamos a buscar al Señor de los ejércitos. Yo también iré.” Y muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén, para buscarme e implorar mi favor. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos. »Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Cuando lleguen esos días, diez hombres de diferentes naciones y lenguas se aferrarán al manto de un judío y le dirán: “¡Permítannos acompañarlos, pues sabemos que Dios está con ustedes!”»
Zacarías 8:1-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El Señor todopoderoso me dio este mensaje: «Esto es lo que yo, el Señor todopoderoso, digo: Siento por Sión grandes celos, celos furiosos. Y he de volver a Jerusalén, para vivir allí. Entonces Jerusalén será llamada Ciudad Fiel, y el monte del Señor todopoderoso será llamado Monte Santo. Ancianos y ancianas se sentarán de nuevo en las plazas de Jerusalén, apoyado cada cual en su bastón a causa de su mucha edad. Niños y niñas llenarán las plazas de la ciudad y jugarán en ellas. En aquel tiempo todo esto parecerá imposible a los ojos de los que queden de mi pueblo; pero a mí no me lo parecerá. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo: Yo libertaré a mi pueblo del poder del país de oriente y del país de occidente, y lo traeré a Jerusalén para que viva allí. Ellos serán entonces mi pueblo, y yo seré su Dios, con fidelidad y justicia.» Esto dice el Señor todopoderoso: «Esfuércense, ustedes que en estos días han oído las palabras dichas por los profetas, desde el día en que se pusieron los cimientos para la reconstrucción del templo del Señor todopoderoso. Porque hasta estos días no había paga para los hombres ni para las bestias. Y a causa del enemigo, tampoco había paz para los habitantes; y yo había puesto a los unos en contra de los otros. Pero ahora, para los que queden de este pueblo, ya no voy a ser como en los primeros días. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo. Porque la paz estará sembrada entre ellos. Los viñedos darán su fruto; la tierra, sus productos; y el cielo, su rocío. Y yo les daré todo eso en posesión a los que queden de este pueblo. Y así como ustedes, los de Judá y los de Israel, fueron maldición entre las demás naciones, así yo ahora los salvaré y haré que sean bendición. ¡No tengan miedo! ¡Esfuércense!» Esto dice el Señor todopoderoso: «Yo había decidido castigar a los antepasados de ustedes cuando me hicieron enojar, y mantuve mi decisión. Ahora, en cambio, he decidido hacerles bien a Jerusalén y a Judá. Por lo tanto, no tengan miedo. Esto es lo que siempre deben hacer ustedes: Díganse siempre la verdad unos a otros, juzguen con justicia y procuren la paz en los tribunales; no se hagan daño unos a otros ni juren en falso. Porque yo odio todo eso. Yo, el Señor, lo afirmo.» El Señor todopoderoso se dirigió a mí, y me dijo: «Los ayunos de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo se convertirán en motivo de alegría, en fiestas felices para los descendientes de Judá. ¡Amen ustedes, pues, la verdad y la paz!» Esto dice el Señor todopoderoso: «Todavía han de venir gentes y habitantes de muchas ciudades. Entonces los de una ciudad se dirigirán a los de otra, y les dirán: “¡Vamos a buscar al Señor todopoderoso y a pedirle que nos bendiga!” Y los otros les contestarán: “¡Nosotros también iremos!” Y vendrán a Jerusalén muchos pueblos y naciones numerosas, a buscar al Señor todopoderoso y a pedirle que los bendiga. En aquel tiempo, diez extranjeros de las demás naciones agarrarán por la ropa a un judío, y le dirán: “¡Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes!”»
Zacarías 8:1-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo, y con gran ira la celé. Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento a la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo. Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo; y yo dejé a todos los hombres cada cual contra su compañero. Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos. Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto. Y sucederá que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehová de los ejércitos, y no me arrepentí, así al contrario he pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos días; no temáis. Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová. Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades; y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.
Zacarías 8:1-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y vino la palabra del SEÑOR de los ejércitos, diciendo: Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «He celado a Sión con gran celo, sí, con gran furor la he celado». Así dice el SEÑOR: «Volveré a Sión y en medio de Jerusalén moraré. Y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del SEÑOR de los ejércitos, Monte Santo». Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «Aún se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano por causa de sus muchos días. Y las calles de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en sus calles». Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «Si en aquellos días esto parece muy difícil a los ojos del remanente de este pueblo, ¿será también muy difícil a mis ojos?» —declara el SEÑOR de los ejércitos. Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «He aquí, salvaré a mi pueblo de la tierra del oriente y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré y habitarán en medio de Jerusalén; y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios en verdad y en justicia». Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «Sean fuertes vuestras manos, vosotros que escucháis en estos días estas palabras de la boca de los profetas, los cuales hablaron el día en que se pusieron los cimientos de la casa del SEÑOR de los ejércitos para la reedificación del templo. Porque antes de aquellos días no había paga para hombre ni paga para el ganado; y no había paz para el que salía o entraba a causa del enemigo, y yo puse a todos los hombres unos contra otros. Pero ahora yo no trataré al remanente de este pueblo como en los días pasados» —declara el SEÑOR de los ejércitos. «Porque habrá simiente de paz: la vid dará su fruto, la tierra dará su producto y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo herede todas estas cosas. Y sucederá que como fuisteis maldición entre las naciones, casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré para que seáis bendición. No temáis, mas sean fuertes vuestras manos». Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos: «Tal como me propuse haceros mal cuando vuestros padres me hicieron enojar» —dice el SEÑOR de los ejércitos— «y no me he arrepentido, así me he propuesto en estos días volver a hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá. ¡No temáis! Estas son las cosas que debéis hacer: decid la verdad unos a otros, juzgad con verdad y con juicio de paz en vuestras puertas, no traméis en vuestro corazón el mal uno contra otro, ni améis el juramento falso; porque todas estas cosas son las que odio» —declara el SEÑOR. Entonces la palabra del SEÑOR de los ejércitos vino a mí, diciendo: Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo se convertirán para la casa de Judá en gozo, alegría y fiestas alegres. Amad, pues, la verdad y la paz». Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «Y será que aun vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades; y los habitantes de una irán a otra, diciendo: “Vamos sin demora a implorar el favor del SEÑOR, y a buscar al SEÑOR de los ejércitos. Yo también iré”. Y vendrán muchos pueblos y naciones poderosas a buscar al SEÑOR de los ejércitos en Jerusalén y a implorar el favor del SEÑOR». Así dice el SEÑOR de los ejércitos: «En aquellos días diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán el vestido de un judío, diciendo: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” ».
Zacarías 8:1-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales me dio otro mensaje: «El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: mi amor por el monte Sion es intenso y ferviente, ¡me consume la pasión por Jerusalén! »Ahora dice el SEÑOR: regresaré al monte Sion y viviré en Jerusalén. Entonces Jerusalén se llamará la Ciudad Fiel; el monte del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales se llamará Monte Santo. »El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: nuevamente los ancianos y las ancianas caminarán por las calles de Jerusalén apoyados en sus bastones y se sentarán juntos en las plazas de la ciudad, y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que juegan. »El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: ahora todo esto puede parecerles imposible, a ustedes que son el pequeño remanente del pueblo de Dios. ¿Pero será imposible para mí?, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. »El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: pueden estar seguros de que rescataré a mi pueblo del oriente y del occidente. Yo los haré regresar a casa para que vivan seguros en Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y como su Dios los trataré con fidelidad y justicia. »El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: ¡Sean fuertes y terminen la tarea! Desde que echaron los cimientos del templo del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, ustedes han oído lo que los profetas han estado diciendo acerca de terminar el edificio. Antes de que la obra en el templo comenzara, no había trabajo ni dinero para contratar obreros o animales. Ningún viajero estaba a salvo porque había enemigos por todos lados. Yo hice que todos estuvieran unos contra otros. »Pero ahora no trataré al remanente de mi pueblo como lo hice antes, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Pues estoy plantando semillas de paz y prosperidad entre ustedes. Las vides estarán cargadas de fruta, la tierra producirá sus cosechas y los cielos soltarán el rocío. Una vez más yo haré que el remanente de Judá y de Israel herede estas bendiciones. Entre las demás naciones, Judá e Israel se convirtieron en símbolo de una nación maldita. ¡Pues ya no lo serán más! Ahora los rescataré y los haré símbolo y fuente de bendición. Así que no tengan miedo. ¡Sean fuertes y sigan con la reconstrucción del templo! »Pues el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: estaba decidido a castigarlos cuando sus antepasados me hicieron enojar y no cambié de parecer, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Sin embargo, ahora estoy decidido a bendecir a Jerusalén y al pueblo de Judá, así que no tengan miedo. Pero ustedes deben hacer lo siguiente: digan la verdad unos a otros. En sus tribunales, pronuncien veredictos que sean justos y que conduzcan a la paz. No tramen el mal unos contra otros. Dejen de amar el decir mentiras y jurar que son verdad. Yo odio todas esas cosas, dice el SEÑOR». Este es otro mensaje que me dio el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: los ayunos tradicionales y los tiempos de luto que han mantenido al principio del verano, en pleno verano, en el otoño y en el invierno ahora han terminado. Se convertirán en festivales de alegría y celebración para el pueblo de Judá. Así que amen la verdad y la paz. »El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: gente de naciones y ciudades en todo el mundo viajará a Jerusalén. La gente de una ciudad dirá a la gente de otra: “Vengan con nosotros a Jerusalén para pedir que el SEÑOR nos bendiga. Adoremos al SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Yo estoy decidido a ir”. Muchos pueblos y naciones poderosas irán a Jerusalén a buscar al SEÑOR de los Ejércitos Celestiales y a pedir su bendición. »El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: en aquellos días, diez hombres de naciones e idiomas diferentes agarrarán por la manga a un judío y le dirán: “Por favor, permítenos acompañarte, porque hemos oído que Dios está contigo”».