Salmos 55:1-11
Salmos 55:1-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica. ¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran las amenazas del enemigo y la opresión de los malvados, pues me causan sufrimiento y con furia me atacan. Se me estremece el corazón dentro del pecho, y me invaden los terrores de la muerte. El temor y el temblor me dominan, el pánico se apodera de mí. ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto. Selah Presuroso volaría a mi refugio, para librarme de la tempestad y de la tormenta. ¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lenguaje! En la ciudad solo veo contiendas y violencia; día y noche rondan por sus muros, y dentro de ella hay intrigas y maldad. En su seno hay fuerzas destructivas; de sus calles no se apartan la opresión y el engaño.
Salmos 55:1-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (2) Dios mío, no me des la espalda; presta oído a mi oración. 2-3 (3-4) ¡Atiéndeme! ¡Respóndeme! Estoy angustiado, y no encuentro paz. Me asusta oír los gritos de los malvados enemigos que me oprimen. No solo se enojan conmigo; para colmo, me persiguen. 4 (5) Siento que el corazón se me sale del pecho; el miedo a la muerte me domina. 5 (6) Estoy temblando de susto; ¡realmente estoy espantado! 6 (7) ¡Quisiera yo tener alas, y volar como paloma hasta un lugar tranquilo! 7 (8) Me iría muy lejos de aquí: ¡me iría a vivir al desierto! 8 (9) ¡Buscaría refugio, y me pondría a salvo de los que me atormentan! 9 (10) Dios mío, destruye sus planes; no los dejes ponerse de acuerdo. En la ciudad solo veo sangre y violencia; 10 (11) dentro de sus murallas reinan día y noche, la intriga y la maldad; 11 (12) el engaño y la opresión dominan en todas sus calles.
Salmos 55:1-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios mío, ¡escucha mi oración! No te escondas; ¡atiende mi súplica! Préstame atención; ¡respóndeme! En mi oración clamo a ti, y me conmuevo por las amenazas de mis enemigos, por la opresión de los malvados. Sobre mí han descargado su iniquidad, y furiosos me persiguen. Dentro de mí, el corazón me duele; sobre mí han caído terrores de muerte. Me ha sobrevenido un terrible temblor, y estoy temblando de miedo. ¡Cómo quisiera tener alas de paloma! ¡Así podría volar, y descansaría! ¡Me escaparía muy lejos de aquí, y me quedaría a vivir en el desierto! ¡Presuroso escaparía del viento borrascoso! ¡Huiría de la tempestad! ¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lengua! ¡En la ciudad solo veo violencia y rencillas, que día y noche rodean sus murallas! En su interior solo hay iniquidad y violencia; en su interior solo hay continua maldad; el fraude y el engaño no se apartan de sus calles.
Salmos 55:1-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) Dios mío, escucha mi oración; no desatiendas mi súplica. 2-3 (3-4) Hazme caso, contéstame; en mi angustia te invoco. Me hacen temblar la voz del enemigo y los gritos de los malvados. Me han cargado de aflicciones; me atacan rabiosamente. 4 (5) El corazón me salta en el pecho; el terror de la muerte ha caído sobre mí. 5 (6) Me ha entrado un temor espantoso; ¡estoy temblando de miedo! 6 (7) Y digo: «Ojalá tuviera yo alas como de paloma; volaría entonces y podría descansar. 7 (8) Volando me iría muy lejos; me quedaría a vivir en el desierto. 8 (9) Correría presuroso a protegerme de la furia del viento y de la tempestad.» 9 (10) Destrúyelos, Señor, confunde su lenguaje, pues tan solo veo violencia y discordia, 10 (11) que día y noche rondan la ciudad. Hay en ella maldad e intrigas; hay en ella corrupción; 11 (12) sus calles están llenas de violencia y engaño.
Salmos 55:1-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica. Está atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo, A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque sobre mí echaron iniquidad, Y con furor me persiguen. Mi corazón está dolorido dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto. Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto. Selah Me apresuraría a escapar Del viento borrascoso, de la tempestad. Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad. Día y noche la rodean sobre sus muros, E iniquidad y trabajo hay en medio de ella. Maldad hay en medio de ella, Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.
Salmos 55:1-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Atiéndeme y respóndeme; conmovido estoy en mi queja y muy conturbado, a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; pues echan iniquidad sobre mí, y con furia me persiguen. ¶Angustiado está mi corazón dentro de mí, y sobre mí han caído los terrores de la muerte. Terror y temblor me invaden, y horror me ha cubierto. Y dije: ¡Quién me diera alas como de paloma! Volaría y hallaría reposo. Ciertamente huiría muy lejos; moraría en el desierto. (Selah ) Me apresuraría a buscar mi lugar de refugio contra el viento borrascoso y la tempestad. ¶Confunde, Señor, divide sus lenguas, porque he visto violencia y rencilla en la ciudad. Día y noche la rondan sobre sus muros, y en medio de ella hay iniquidad y malicia. Hay destrucción en medio de ella, y la opresión y el engaño no se alejan de sus calles.
Salmos 55:1-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Escucha mi oración, oh Dios; ¡no pases por alto mi grito de auxilio! Por favor, escúchame y respóndeme, porque las dificultades me abruman. Mis enemigos me gritan; me lanzan perversas amenazas a viva voz. Me cargan de problemas y con rabia me persiguen. Mi corazón late en el pecho con fuerza; me asalta el terror de la muerte. El miedo y el temblor me abruman, y no puedo dejar de temblar. Si tan solo tuviera alas como una paloma, ¡me iría volando y descansaría! Volaría muy lejos, a la tranquilidad del desierto. Interludio Qué rápido me escaparía, lejos de esta furiosa tormenta de odio. Confúndelos, Señor, y frustra sus planes, porque veo violencia y conflicto en la ciudad. Día y noche patrullan sus murallas para cuidarla de invasores, pero el verdadero peligro es la maldad que hay dentro de la ciudad. Todo se viene abajo; las amenazas y el engaño abundan por las calles.