Salmos 36:1-4
Salmos 36:1-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El pecado habla al malvado en lo profundo de su corazón. No hay temor de Dios delante de sus ojos. Cree que merece alabanzas, al punto de no hallar aborrecible su propio pecado. Sus palabras son malvadas y engañosas; ha perdido el buen juicio y la capacidad de hacer el bien. Aun en su lecho trama hacer iniquidad; se aferra a su mal camino y no rechaza la maldad.
Salmos 36:1-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (2) El pecador solo piensa en cómo hacer lo malo. No ve ninguna razón para respetar a Dios. 2 (3) Se cree digno de alabanza, y no reconoce su maldad. 3 (4) Cuando habla, miente y ofende; jamás piensa en hacer el bien. 4 (5) Aun cuando está acostado, solo piensa en hacer lo malo; no deja su mal camino ni se aparta de la maldad.
Salmos 36:1-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La maldad habla al corazón del impío; en su opinión, no hay por qué temer a Dios. Vive halagándose a sí mismo, seguro de que su maldad no es condenable. Sus palabras son malvadas y fraudulentas; dejó de ser sabio y de practicar el bien. Aun acostado hace planes malvados; va por el mal camino, y disfruta de su maldad.
Salmos 36:1-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) La maldad habla al malvado en lo íntimo de su corazón. Jamás tiene él presente que hay que temer a Dios. 2 (3) Se cree tan digno de alabanzas, que no encuentra odiosa su maldad. 3 (4) Es malhablado y mentiroso, perdió el buen juicio, dejó de hacer el bien. 4 (5) Acostado en su cama, planea hacer lo malo; tan aferrado está a su mal camino que no quiere renunciar a la maldad.
Salmos 36:1-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida. Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Medita maldad sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece.
Salmos 36:1-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
La transgresión habla al impío dentro de su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos. Porque en sus propios ojos la transgresión le engaña en cuanto a descubrir su iniquidad y aborrecerla. Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; ha dejado de ser sabio y de hacer el bien. Planea la iniquidad en su cama; se obstina en un camino que no es bueno; no aborrece el mal.
Salmos 36:1-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
A los malvados el pecado les susurra en lo profundo del corazón; no tienen temor de Dios en absoluto. Ciegos de presunción, no pueden ver lo perversos que son en realidad. Todo lo que dicen es retorcido y engañoso; se niegan a actuar con sabiduría o a hacer el bien. Se quedan despiertos por la noche tramando planes pecaminosos. Sus acciones nunca son buenas; no hacen ningún intento por alejarse del mal.