Salmos 18:16-36
Salmos 18:16-36 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Extendiendo su mano desde lo alto, tomó la mía y me sacó del mar profundo. Me libró de mi enemigo poderoso, de aquellos que me odiaban y eran más fuertes que yo. En el día de mi desgracia me salieron al encuentro, pero mi apoyo fue el SEÑOR. Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí. El SEÑOR me ha pagado conforme a mi justicia; me ha premiado conforme a la limpieza de mis manos. He guardado los caminos del SEÑOR y no he cometido el error de alejarme de mi Dios. Presentes tengo todas sus leyes; no me he alejado de sus estatutos. He sido íntegro ante él y me he abstenido de pecar. El SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos. Tú eres fiel con quien es fiel e íntegro con quien es íntegro; sincero eres con quien es sincero, pero sagaz con el que es tramposo. Tú das la victoria a los humildes, pero humillas a los altivos. Tú, SEÑOR, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas. Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas. El camino de Dios es perfecto; la palabra del SEÑOR es intachable. Escudo es Dios a los que se refugian en él. Pues ¿quién es Dios sino el SEÑOR? ¿Quién es la Roca sino nuestro Dios? Es él quien me arma de valor y hace perfecto mi camino; da a mis pies la ligereza del venado y me mantiene firme en las alturas; adiestra mis manos para la batalla y mis brazos para tensar un arco de bronce. Tú me cubres con el escudo de tu salvación y con tu diestra me sostienes; tu ayuda me ha hecho prosperar. Has despejado el paso de mi camino, para que mis tobillos no se tuerzan.
Salmos 18:16-36 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
16 (17) Desde los altos cielos me tendiste la mano y me sacaste del mar profundo. 17 (18) Mis enemigos me odiaban; eran más fuertes y poderosos que yo, ¡pero tú me libraste de ellos! 18 (19) Se enfrentaron a mí en el peor momento, pero tú me apoyaste. 19 (20) Me diste libertad, ¡me libraste porque me amas! 20 (21) Me diste mi recompensa porque hago lo que quieres. Me trataste con bondad porque hago lo que es justo. 21 (22) Yo obedezco tus enseñanzas y no me aparto de ti. 22 (23) Cumplo todas tus leyes, y jamás me aparto de ellas. 23 (24) He sido honesto contigo y no he hecho nada malo. 24 (25) Me diste mi recompensa porque hago lo que quieres, porque tú sabes que yo hago lo que es justo. 25 (26) Tú eres fiel con los que te son fieles, y tratas bien a quienes bien se comportan. 26 (27) Eres sincero con los que son sinceros, pero con los tramposos demuestras ser más astuto. 27 (28) A la gente humilde le concedes la victoria, pero a los orgullosos los haces salir derrotados. 28-30 (29-31) Dios mío, tú alumbras mi vida, tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti. 31 (32) Dios de Israel, solo tú eres Dios, ¡solo tú puedes protegernos! 32 (33) ¡Solo tú me llenas de valor y me guías por el buen camino! 33 (34) ¡Tú me das fuerzas para correr con la velocidad de un venado! Cuando ando por las altas montañas, tú no me dejas caer. 34 (35) Tú me enseñas a enfrentarme a mis enemigos; tú me das valor para vencerlos. 35 (36) Tú me das tu protección; me salvas con tu gran poder y me concedes la victoria. 36 (37) Me despejas el camino para que no tenga yo tropiezos.
Salmos 18:16-36 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Desde lo alto el Señor me tendió la mano y me rescató de las aguas tumultuosas, ¡me libró de los poderosos enemigos que me odiaban y eran más fuertes que yo! Me atacaron en el día de mi desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me llevó a un terreno espacioso, y me salvó, porque se agradó de mí. El Señor me premió porque soy justo; ¡porque mis manos están limpias de culpa! Yo he seguido los caminos del Señor, y ningún mal he cometido contra mi Dios. Tengo presentes todos sus decretos, y no me he apartado de sus estatutos. Con él me he conducido rectamente, y me he alejado de la maldad; él ha visto la limpieza de mis manos, y por eso ha recompensado mi justicia. Señor, tú eres fiel con el que es fiel, e intachable con el que es intachable. Juegas limpio con quien juega limpio, pero al tramposo le ganas en astucia. Tú salvas a los humildes, pero humillas a los soberbios. Señor, mi Dios, tú mantienes mi lámpara encendida; ¡tú eres la luz de mis tinieblas! ¡Con tu ayuda, mi Dios, puedo vencer ejércitos y derribar murallas! El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor, acrisolada; Dios es el escudo de los que en él confían. ¡Aparte del Señor, no hay otro Dios! ¡Aparte de nuestro Dios, no hay otra Roca! Dios es quien me infunde fuerzas; Dios es quien endereza mi camino; Dios es quien me aligera los pies y me hace correr como un venado; Dios es quien me afirma en las alturas; Dios adiestra mis manos para el combate, y me da fuerzas para tensar el arco de bronce. Tú me diste el escudo de tu salvación, me sostuviste con tu mano derecha, y con tu bondad me engrandeciste. Me pusiste sobre un terreno espacioso, para que mis pies no resbalaran
Salmos 18:16-36 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
16 (17) Dios me tendió la mano desde lo alto, y con su mano me sacó del mar inmenso. 17 (18) Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. 18 (19) Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: 19 (20) me sacó a la libertad; ¡me salvó porque me amaba! 20 (21) El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, 21 (22) pues yo he seguido el camino del Señor; ¡jamás he renegado de mi Dios! 22 (23) Yo tengo presentes todos sus decretos; ¡jamás he rechazado sus leyes! 23 (24) Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad. 24 (25) El Señor me ha recompensado por mi limpia conducta en su presencia. 25 (26) Tú, Señor, eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, 26 (27) sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. 27 (28) Tú salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos. 28 (29) Tú, Señor, me das luz; tú, Dios mío, alumbras mi oscuridad. 29 (30) Con tu ayuda atacaré al enemigo, y sobre el muro de sus ciudades pasaré. 30 (31) El camino de Dios es perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; ¡Dios protege a cuantos en él confían! 31 (32) ¿Quién es Dios, fuera del Señor? ¿Qué otro dios hay que pueda protegernos? 32 (33) Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, 33 (34) quien me da pies ligeros, como de ciervo, quien me hace estar firme en las alturas, 34 (35) quien me entrena para la batalla, quien me da fuerzas para tensar arcos de bronce. 35 (36) Tú me proteges y me salvas, me sostienes con tu mano derecha; tu bondad me ha hecho prosperar. 36 (37) Has hecho fácil mi camino, y mis pies no han resbalado.
Salmos 18:16-36 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí. Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado. Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios. Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos. Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad, Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso. Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos. Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas. Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros. En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan. Porque ¿quién es Dios sino solo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce. Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
Salmos 18:16-36 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Extendió la mano desde lo alto y me tomó; me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo. Se enfrentaron a mí el día de mi infortunio, mas el SEÑOR fue mi sostén. También me sacó a un lugar espacioso; me rescató, porque se complació en mí. ¶El SEÑOR me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la pureza de mis manos me ha recompensado. Porque he guardado los caminos del SEÑOR, y no me he apartado impíamente de mi Dios. Pues todas sus ordenanzas estaban delante de mí, y no alejé de mí sus estatutos. También fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad. Por tanto el SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a la pureza de mis manos delante de sus ojos. ¶Con el benigno te muestras benigno, con el íntegro te muestras íntegro. Con el puro eres puro, y con el perverso eres sagaz. Porque tú salvas al pueblo afligido, pero humillas los ojos altivos. Tú enciendes mi lámpara, oh SEÑOR; mi Dios que alumbra mis tinieblas. Pues contigo aplastaré ejércitos, y con mi Dios escalaré murallas. ¶En cuanto a Dios, su camino es perfecto; acrisolada es la palabra del SEÑOR; Él es escudo a todos los que a Él se acogen. Pues, ¿quién es Dios, fuera del SEÑOR? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios, el Dios que me ciñe de poder, y ha hecho perfecto mi camino? Él hace mis pies como de ciervas, y me afirma en mis alturas. El adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar el arco de bronce. Tú me has dado también el escudo de tu salvación; tu diestra me sostiene, y tu benevolencia me engrandece. Ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.
Salmos 18:16-36 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Él extendió la mano desde el cielo y me rescató; me sacó de aguas profundas. Me rescató de mis enemigos poderosos, de los que me odiaban y eran demasiado fuertes para mí. Me atacaron en un momento de angustia, pero el SEÑOR me sostuvo. Me condujo a un lugar seguro; me rescató porque en mí se deleita. El SEÑOR me recompensó por hacer lo correcto; me restauró debido a mi inocencia. Pues he permanecido en los caminos del SEÑOR; no me he apartado de mi Dios para seguir el mal. He seguido todas sus ordenanzas; nunca he abandonado sus decretos. Soy intachable delante de Dios; me he abstenido del pecado. El SEÑOR me recompensó por hacer lo correcto; él ha visto mi inocencia. Con los fieles te muestras fiel; a los íntegros les muestras integridad. Con los puros te muestras puro, pero te muestras astuto con los tramposos. Rescatas al humilde, pero humillas al orgulloso. Enciendes una lámpara para mí. El SEÑOR, mi Dios, ilumina mi oscuridad. Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro. El camino de Dios es perfecto. Todas las promesas del SEÑOR demuestran ser verdaderas. Él es escudo para todos los que buscan su protección. Pues ¿quién es Dios aparte del SEÑOR? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida? Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino. Me hace andar tan seguro como un ciervo para que pueda pararme en las alturas de las montañas. Entrena mis manos para la batalla; fortalece mi brazo para tensar un arco de bronce. Me has dado tu escudo de victoria. Tu mano derecha me sostiene; tu ayuda me ha engrandecido. Has trazado un camino ancho para mis pies a fin de evitar que resbalen.