Salmos 144:12-15
Salmos 144:12-15 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio. Que nuestros graneros se llenen con provisiones de toda especie. Que nuestros rebaños aumenten por millares, por decenas de millares en nuestros campos. Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas; que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles. ¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR!
Salmos 144:12-15 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio. Que nuestros graneros se llenen con provisiones de toda especie. Que nuestros rebaños aumenten por millares, por decenas de millares en nuestros campos. Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas; que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles. ¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR!
Salmos 144:12-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Permite que nuestros hijos crezcan en su juventud fuertes y llenos de vida, como plantas en un jardín. Permite que nuestras hijas sean hermosas como las columnas de un palacio. Haz que en nuestros graneros haya abundancia de alimentos. Haz que nuestros rebaños aumenten en nuestros campos hasta que sea imposible contarlos. Permite que nuestros bueyes lleven carretas bien cargadas. No dejes que nuestras murallas vuelvan a ser derribadas, ni que volvamos a ser llevados fuera de nuestro país, ni que en nuestras calles vuelvan a oírse gritos de angustia. ¡Tú bendices al pueblo donde todo esto se cumple! ¡Tú bendices al pueblo que te reconoce como su Dios!
Salmos 144:12-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas vigorosas. Que nuestras hijas sean hermosas como las columnas labradas de un palacio. Que nuestros graneros se llenen y rebosen con toda clase de grano. Que nuestros ganados en el campo se multipliquen por cientos y miles. Que nuestros bueyes resistan el trabajo. Que no nos tomen por asalto ni nos lleven cautivos, ni haya pánico en nuestras calles. ¡Dichoso el pueblo que tiene todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!
Salmos 144:12-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Nuestros hijos crecen como plantas en un jardín; nuestras hijas son cual columnas labradas que sostienen la estructura del templo. Nuestros graneros están llenos, repletos de toda clase de alimentos. Nuestros rebaños aumentan por millares, por miles y miles en nuestros campos. Nuestras vacas quedan preñadas, y no tienen su cría antes de tiempo. No hay gritos de alarma en nuestras calles. ¡Feliz el pueblo que tiene todo esto! ¡Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor!
Salmos 144:12-15 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio; Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos; Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; No tengamos asalto, ni que hacer salida, Ni grito de alarma en nuestras plazas. Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.
Salmos 144:12-15 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Sean nuestros hijos en su juventud como plantíos florecientes, y nuestras hijas como columnas de esquinas labradas como las de un palacio. Estén llenos nuestros graneros, suministrando toda clase de sustento, y nuestros rebaños produzcan miles y diez miles en nuestros campos. Esté cargado nuestro ganado, sin fracasos y sin pérdida, y no haya gritos en nuestras calles. Bienaventurado el pueblo a quien así le sucede; bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR.
Salmos 144:12-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Que nuestros hijos florezcan en su juventud como plantas bien nutridas; que nuestras hijas sean como columnas elegantes, talladas para embellecer un palacio. Que nuestros graneros estén llenos de toda clase de cosechas; que los rebaños en nuestros campos se multipliquen de a miles, y hasta de a diez miles, y que nuestros bueyes estén muy cargados de alimentos. Que ningún enemigo penetre nuestras murallas, ni nos lleve cautivos, ni haya gritos de alarma en las plazas de nuestras ciudades. ¡Felices los que viven así! Felices de verdad son los que tienen a Dios como el SEÑOR.