Salmos 139:17-23
Salmos 139:17-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! Si me propusiera contarlos, sumarían más que los granos de arena; al despertar, aún estaría contigo. Oh Dios, ¡si tan solo mataras a los malvados! ¡Si de mí se apartara la gente sanguinaria, esos que con malicia te difaman, enemigos que en vano se rebelan contra ti! ¿Acaso no aborrezco, SEÑOR, a los que te odian y me repugnan los que te rechazan? El odio que les tengo no tiene límites; ¡los cuento entre mis enemigos! Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis ansiedades.
Salmos 139:17-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios mío, ¡qué difícil me resulta entender tus pensamientos! ¡Pero más difícil todavía me sería tratar de contarlos! ¡Serían más que la arena del mar! ¡Y aun si pudiera contarlos, me dormiría, y al despertar, todavía estarías conmigo! Dios mío, ¡cómo quisiera que a los asesinos los apartaras de mí! ¡Cómo quisiera que les quitaras la vida! Sin motivo alguno, esa gente habla mal de ti y se pone en contra tuya. Dios mío, yo odio a los que te odian; aborrezco a los que te rechazan. ¡Los odio profundamente! ¡Tus enemigos son mis enemigos! Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos.
Salmos 139:17-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios mío, ¡cuán preciosos me son tus pensamientos! ¡Cuán vastos son en su totalidad! Si los contara, serían más que la arena; si terminara de contarlos, tú aún estarías allí. Dios mío, ¡quítales la vida a los malvados! ¡Aparta de mí a la gente violenta, a esos enemigos tuyos que blasfeman y se burlan de ti! Señor, tú sabes que odio a los que te odian, que mi enojo se enciende contra tus enemigos. Son para mí totalmente aborrecibles; ¡los considero mis peores enemigos! Señor, examina y reconoce mi corazón: pon a prueba cada uno de mis pensamientos.
Salmos 139:17-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Oh Dios, qué profundos me son tus pensamientos; ¡infinito es el conjunto de ellos! Si yo quisiera contarlos, serían más que la arena; y si acaso terminara, aún estaría contigo. Oh Dios, quítales la vida a los malvados y aleja de mí a los asesinos, a los que hablan mal de ti y se levantan en vano en contra tuya. Señor, ¿no odio acaso a los que te odian y desprecio a los que te desafían? ¡Los odio con toda mi alma! ¡Los considero mis enemigos! Oh Dios, examíname, reconoce mi corazón; ponme a prueba, reconoce mis pensamientos
Salmos 139:17-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo. De cierto, oh Dios, harás morir al impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre. ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos
Salmos 139:17-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! Si los contara, serían más que la arena; al despertar aún estoy contigo. ¡Oh Dios, si tú hicieras morir al impío! Por tanto, apartaos de mí, hombres sanguinarios. Porque hablan contra ti perversamente, y tus enemigos toman tu nombre en vano. ¿No odio a los que te aborrecen, SEÑOR? ¿Y no me repugnan los que se levantan contra ti? Los aborrezco con el más profundo odio; se han convertido en mis enemigos. ¶Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes.
Salmos 139:17-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios. ¡No se pueden enumerar! Ni siquiera puedo contarlos; ¡suman más que los granos de la arena! Y cuando despierto, ¡todavía estás conmigo! ¡Oh Dios, si tan solo destruyeras a los perversos! ¡Lárguense de mi vida, ustedes asesinos! Blasfeman contra ti; tus enemigos hacen mal uso de tu nombre. Oh SEÑOR, ¿no debería odiar a los que te odian? ¿No debería despreciar a los que se te oponen? Sí, los odio con todas mis fuerzas, porque tus enemigos son mis enemigos. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.