Salmos 119:129-136
Salmos 119:129-136 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Tus mandatos son maravillosos; por eso los obedezco. La exposición de tus palabras nos da luz y da entendimiento al sencillo. Jadeante abro la boca porque ansío tus mandamientos. Vuélvete a mí y ten piedad de mí, como haces siempre con los que aman tu nombre. Guía mis pasos conforme a tu promesa; no permitas que ninguna iniquidad me domine. Líbrame de la opresión humana, y obedeceré tus preceptos. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo; enséñame tus estatutos. Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque tu Ley no se obedece.
Salmos 119:129-136 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
¡Tus enseñanzas son maravillosas! ¡Por eso las sigo fielmente! Cuando un maestro las explica, hasta la gente sencilla las entiende. Deseo conocer tus mandamientos; ¡me muero por entenderlos! Dios mío, ¡atiéndeme y tenme compasión como acostumbras hacerlo con todos los que te aman! Guíame, como lo has prometido; ¡yo quiero cumplir tus mandamientos! No dejes que me maltraten, ni me dejes caer en la maldad. Dame muestras de tu bondad y enséñame tus mandamientos. Me dan ganas de llorar cuando veo que nadie los cumple.
Salmos 119:129-136 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Tus testimonios son admirables; por eso son el tesoro de mi alma. La enseñanza de tus palabras ilumina; y hasta la gente sencilla las entiende. Grandes son mi sed y mis ansias por recibir y entender tus mandamientos. Mírame, y ten misericordia de mí, como la tienes con quienes te aman. Ordena mis pasos con tu palabra, para que el pecado no me domine. Protégeme de los hombres violentos, porque deseo obedecer tus mandamientos. Alumbra con tu presencia a este siervo tuyo, y enséñame tus estatutos. De mis ojos brota el llanto a mares, porque hay gente que no obedece tu ley.
Salmos 119:129-136 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Tus mandatos son maravillosos; por eso los obedezco. La explicación de tus palabras ilumina, instruye a la gente sencilla. Con gran ansia abro la boca, pues deseo tus mandamientos. Mírame, y ten compasión de mí, como haces con los que te aman. Hazme andar conforme a tu palabra; no permitas que la maldad me domine. Líbrame de la violencia humana, pues quiero cumplir tus preceptos. Mira con buenos ojos a este siervo tuyo, y enséñame tus leyes. Ríos de lágrimas salen de mis ojos porque no se respeta tu enseñanza.
Salmos 119:129-136 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Maravillosos son tus testimonios; Por tanto, los ha guardado mi alma. La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples. Mi boca abrí y suspiré, Porque deseaba tus mandamientos. Mírame, y ten misericordia de mí, Como acostumbras con los que aman tu nombre. Ordena mis pasos con tu palabra, Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí. Líbrame de la violencia de los hombres, Y guardaré tus mandamientos. Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, Y enséñame tus estatutos. Ríos de agua descendieron de mis ojos, Porque no guardaban tu ley.
Salmos 119:129-136 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Maravillosos son tus testimonios, por lo que los guarda mi alma. La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. Abrí mi boca y suspiré, porque anhelaba tus mandamientos. Vuélvete a mí y tenme piedad, como acostumbras con los que aman tu nombre. Afirma mis pasos en tu palabra, y que ninguna iniquidad me domine. Rescátame de la opresión del hombre, para que yo guarde tus preceptos. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo, y enséñame tus estatutos. Ríos de lágrimas vierten mis ojos, porque ellos no guardan tu ley.
Salmos 119:129-136 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Tus leyes son maravillosas. ¡Con razón las obedezco! La enseñanza de tu palabra da luz, de modo que hasta los simples pueden entender. Abro la boca y jadeo anhelando tus mandatos. Ven y muéstrame tu misericordia, como lo haces con todos los que aman tu nombre. Guía mis pasos conforme a tu palabra, para que no me domine el mal. Rescátame de la opresión de la gente malvada, entonces podré obedecer tus mandamientos. Mírame con amor; enséñame tus decretos. Torrentes de lágrimas brotan de mis ojos, porque la gente desobedece tus enseñanzas.