Salmos 106:34-46
Salmos 106:34-46 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
No destruyeron a los pueblos que el SEÑOR les había señalado, sino que se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres. Rindieron culto a sus ídolos que fueron una trampa para ellos. Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas. Al ofrecerlos en sacrificio a los ídolos de Canaán, su sangre derramada contaminó la tierra. Se hicieron impuros por esos hechos; se prostituyeron con sus acciones. La ira del SEÑOR se encendió contra su pueblo; su heredad le resultó aborrecible. Por eso los entregó a los paganos y fueron dominados por quienes los odiaban. Sus enemigos los oprimieron, los sometieron a su poder. Muchas veces Dios los libró; pero ellos se obstinaron en su rebeldía y se hundieron en su iniquidad. Al verlos angustiados y escuchar su clamor, Dios se acordó del pacto que había hecho con ellos y por su gran amor les tuvo compasión. Hizo que todos sus opresores también se apiadaran de ellos.
Salmos 106:34-46 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios les había ordenado destruir a los otros pueblos, pero ellos no lo obedecieron. ¡Todo lo contrario! Se mezclaron con ellos y siguieron sus costumbres; adoraron a sus ídolos y se volvieron sus seguidores. ¡Mancharon la tierra al derramar sangre inocente! ¡Entregaron a sus hijos y a sus hijas como ofrenda a esos demonios! Al cometer tales acciones, se corrompieron a sí mismos y resultaron culpables. Dios se enojó mucho con ellos y acabó por aborrecerlos. Por eso los dejó caer en poder de sus enemigos para que los humillaran y los maltrataran. Muchas veces Dios los liberó; pero ellos, siempre rebeldes, insistieron en seguir pecando. Dios los vio tan angustiados, y los escuchó quejarse tanto, que cambió de parecer. Su amor lo hizo acordarse de su pacto con los israelitas, e hizo que sus enemigos les tuvieran compasión.
Salmos 106:34-46 Reina Valera Contemporánea (RVC)
No destruyeron a los pueblos que el Señor les ordenó destruir, sino que se mezclaron con ellos y asimilaron sus malas costumbres; rindieron culto a sus ídolos, y eso los llevó a la ruina; ofrecieron a sus hijos y a sus hijas en sacrificio a esos demonios, y así derramaron sangre inocente; sangre que fue ofrecida a los dioses de Canaán, sangre que dejó manchada la tierra. Esos hechos los hicieron impuros, pues actuaron como un pueblo infiel. El Señor se enfureció contra su pueblo, y sintió repugnancia por los que eran suyos. Los dejó caer en manos de los paganos, y fueron sometidos por quienes los odiaban. Sus enemigos los oprimieron; los sometieron bajo su poder. Muchas veces el Señor los libró, pero ellos optaron por ser rebeldes, y por su maldad fueron humillados. Al verlos Dios angustiados, y al escuchar su clamor, se acordaba de su pacto con ellos, y por su gran misericordia los volvía a perdonar y hacía que todos sus opresores les tuvieran compasión.
Salmos 106:34-46 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
No destruyeron a los pueblos que el Señor había ordenado destruir. Por el contrario, se mezclaron con los paganos y aprendieron sus costumbres: adoraron ídolos paganos, los cuales fueron causa de su ruina, pues ofrecieron a sus hijos y a sus hijas en sacrificio a esos demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas, y la ofrecieron a los dioses de Canaán. La tierra se manchó con su sangre, y ellos se mancharon y prostituyeron con todas sus malas acciones. El Señor se enfureció contra su pueblo, y renegó de ellos, de los que eran suyos; los abandonó en manos de los paganos, y sus enemigos los dominaron; sus enemigos los aplastaron, los humillaron bajo su poder. Dios los salvó muchas veces, pero ellos se opusieron a sus planes y se hundieron en su propia maldad. Sin embargo, al verlos angustiados y al escuchar sus lamentos, se acordó de su alianza con ellos y cambió de parecer, porque su amor es muy grande: ¡hizo que aun sus conquistadores los trataran con bondad!
Salmos 106:34-46 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
No destruyeron a los pueblos Que Jehová les dijo; Antes se mezclaron con las naciones, Y aprendieron sus obras, Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales fueron causa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos. Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y abominó su heredad; Los entregó en poder de las naciones, Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos.
Salmos 106:34-46 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶No destruyeron a los pueblos, como el SEÑOR les había mandado, sino que se mezclaron con las naciones, aprendieron sus costumbres, y sirvieron a sus ídolos que se convirtieron en lazo para ellos. Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios, y derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre. Así se contaminaron en sus costumbres, y fueron infieles en sus hechos. ¶Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra su pueblo, y Él aborreció su heredad. Los entregó en mano de las naciones, y los que los aborrecían se enseñorearon sobre ellos. Sus enemigos también los oprimieron, y fueron subyugados bajo su poder. Muchas veces los libró; ellos, sin embargo, fueron rebeldes a su consejo, y se hundieron en su iniquidad. ¶Sin embargo, Él vio su angustia al escuchar su clamor; y por amor a ellos se acordó de su pacto, y se arrepintió conforme a la grandeza de su misericordia. Les hizo también objeto de compasión en presencia de todos los que los tenían cautivos.
Salmos 106:34-46 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra, como el SEÑOR le había ordenado. En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres. Rindieron culto a sus ídolos, y eso resultó en su ruina. Hasta sacrificaron a sus propios hijos e hijas a los demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas. Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán, contaminaron la tierra con asesinatos. Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones, y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del SEÑOR. Por eso, el enojo del SEÑOR se encendió contra su pueblo, y él aborreció a su posesión más preciada. Los entregó a las naciones paganas y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban. Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder. Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad.