Salmos 102:1-5
Salmos 102:1-5 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Escucha, SEÑOR, mi oración; llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro cuando me encuentro angustiado. Inclina a mí tu oído; respóndeme pronto cuando te llame. Pues mis días se desvanecen como el humo; los huesos me arden como brasas. Mi corazón decae y se marchita como la hierba; ¡hasta he perdido el apetito! Por causa de mis fuertes quejidos se pueden contar mis huesos.
Salmos 102:1-5 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1-2 (2-3) Dios mío, escucha mi oración; atiende a mis ruegos. No tardes en responderme cuando te llame; no me des la espalda cuando me encuentre angustiado. 3 (4) La vida es como el humo y se me escapa. Los huesos me arden de dolor; parecen carbones encendidos. 4 (5) Me siento muy afligido; hasta parezco hierba marchita. ¡Ni ganas de comer tengo, y hasta los huesos se me ven! 5 (6) ¡Es muy grande mi angustia!
Salmos 102:1-5 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Señor, escucha mi oración; ¡deja que mi queja llegue a tus oídos! No te alejes de mí cuando me veas angustiado; inclina a mí tu oído, ¡respóndeme pronto cuando te invoque! Mi vida se va desvaneciendo, como el humo; mis huesos se deshacen, como tizón quemado. Débil está mi corazón, y seco cual la hierba; ¡hasta me he olvidado de comer! Tanto he llorado que los huesos se me pegan a la carne.
Salmos 102:1-5 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) Señor, escucha mi oración, ¡permite que mi grito llegue a ti! 2 (3) No escondas de mí tu rostro cuando me encuentre angustiado; ¡dígnate escucharme!, ¡respóndeme pronto cuando te llame! 3 (4) Pues mi vida se acaba como el humo, mis huesos arden como brasas, 4 (5) mi corazón está decaído como la hierba marchita; ¡ni aun deseos tengo de comer! 5 (6) La piel se me pega a los huesos de tanto gemir.
Salmos 102:1-5 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare. Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos cual tizón están quemados. Mi corazón está herido, y seco como la hierba, Por lo cual me olvido de comer mi pan. Por la voz de mi gemido Mis huesos se han pegado a mi carne.
Salmos 102:1-5 La Biblia de las Américas (LBLA)
Oh SEÑOR, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina hacia mí tu oído; el día en que te invoco, respóndeme pronto. Porque mis días han sido consumidos en humo, y como brasero han sido quemados mis huesos. Mi corazón ha sido herido como la hierba y se ha secado, y hasta me olvido de comer mi pan. A causa de la intensidad de mi gemido mis huesos se pegan a la piel.
Salmos 102:1-5 Nueva Traducción Viviente (NTV)
SEÑOR, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego! No te alejes de mí en el tiempo de mi angustia. Inclínate para escuchar y no tardes en responderme cuando te llamo. Pues mis días desaparecen como el humo, y los huesos me arden como carbones al rojo vivo. Tengo el corazón angustiado, marchito como la hierba, y perdí el apetito. Por mi gemir, quedé reducido a piel y huesos.